Faltan dos meses, hasta el próximo 3 de octubre, para saber qué decide el juez sobre el cantante Sean Combs, condenado por dos delitos de transporte para ejercer la prostitución. Pero puede que el rapero ni siquiera llegue a esa fecha en prisión. Sus abogados están peleando desde hace unos días para que, con una millonaria fianza, pueda seguir esperando la sentencia en su casa. Pero ahora han decidido ir un paso más allá, y han exigido que el juicio se anule o que se absuelva a su cliente.
Según el equipo jurídico de Combs, que le ha defendido con bastante éxito durante los casi dos meses de juicio y hasta que se conoció el veredicto, el 2 de julio, se ha hecho un mal uso de la ley y se ha errado en ciertas definiciones legales. Así lo argumentan en un amplio escrito de 62 páginas presentado ante un juez, en el que afirman que su cliente ha sido juzgado por la llamada ley Mann, que prohíbe el transporte entre Estados de Estados Unidos en relación con la prostitución, y que hasta ahora nadie había sido condenado por ella: “Que sepamos, Combs es la única persona jamás condenada por violar el estatuto por una conducta como esta”.
La defensa argumenta que ley Mann, aprobada en 1910, tiene “un rico historial de racismo y misoginia” y que en las últimas décadas, desde mediados del siglo XX, se ha usado sobre todo en casos relacionados con el “beneficio económico a través del negocio de la prostitución”, pero no contra los clientes.
Para ellos, los encuentros sexuales que mantuvo Combs con las víctimas no tienen motivo financiero, sino personal. La fiscalía ya había argumentado en contra de esa idea de la defensa de Combs, afirmando que el rapero pagó a personas para utilizarlas en encuentros sexuales, es decir, las prostituyó, obligándolas a desplazarse. Cuentan con recibos y facturas, así como con testimonios de algunas de esas personas.
Pero la defensa insiste en que “en su mayor parte, Combs, como mucho, pagó por participar en actividades de voyeurismo como parte de un estilo de vida de swingers“, en línea con el argumento que han defendido durante todo el caso. “Eso no constituye ‘prostitución’ según una definición debidamente limitada del término legal”, escribe el equipo de Combs. También defienden que los vídeos que grabó el cantante, y que las víctimas denunciaban como material para el chantaje, son “pornografía amateur”, y por tanto deberían estar protegidos por la primera enmienda de la Constitución, la que defiende la libertad de expresión.
La defensa ya intentó realizar esta maniobra durante el juicio, tratando de demostrar que por las normas de procedimiento penal su cliente debía ser absuelto, pero el juez del caso, Arun Subramanian, no tomó una decisión sobre ello, y de hecho no se ha pronunciado. Ahora, lo que quieren los defensores de Combs es que se absuelva al rapero y, si el juez no lo hace, que se realice un nuevo juicio.
También exigen que ese juicio nuevo esté relacionado únicamente con la cuestión del transporte para ejercer la prostitución, y con pruebas relativas a ello, dejando fuera todo lo relacionado con las acusaciones de tráfico sexual y de crimen organizado, por las que también se le juzgó. Para ellos, esas acusaciones causaron “graves perjuicios derivados de numerosas pruebas incendiarias” —de hecho, citan el célebre vídeo donde se le ve golpeando a su entonces pareja, la cantante Casandra Ventura, en un hotel de Los Ángeles en 2016— relacionadas con dichas acusaciones de tráfico sexual y crimen organizado.

Por el momento, habrá que esperar, pero la defensa parece estar tratando de agotar todas las vías para intentar que su testigo no pase más tiempo en la cárcel, que ni siquiera llegue al 3 de octubre, cuando se leerá esa sentencia, que puede ser de hasta 10 años de cárcel. De hecho, ahora han ofrecido una fianza de 50 millones de dólares. Si la fiscalía la acepta, el conocido como Diddy podría cumplir el tiempo que está en prisión preventiva en su mansión de Miami en vez de en el centro de detención metropolitana de Brooklyn.
Además, según ha contado en exclusiva el medio Deadline, Donald Trump también podría llegar a tener una última palabra en este caso. Citando a una fuente cercana a la administración republicana, el presidente estaría “considerando seriamente” el indulto a Combs. El equipo legal del cantante ha preferido no decir nada al respecto.
Combs y Trump son viejos conocidos de la escena neoyorquina de los años noventa y 2000, y han coincidido en fiestas y eventos; de hecho, hace más de una década, Trump habló sobre Combs en su programa The Apprentice, afirmando que era “un buen tipo”. En mayo, el presidente fue preguntado en la Casa Blanca sobre un posible indulto para el rapero pero aunque afirmó que “nadie” lo había pedido, también comentó: “Sé de gente que está pensando en ello”. Pero, como con todo lo relacionado con el inestable presidente, habrá que esperar a que definitivamente estampe su firma en el indulto para saber que realmente va a producirse.