Gianluigi Donnarumma es quizás el mejor arquero del mundo y esa sensación podría confirmarse el 22 de septiembre cuando en París se lleve a cabo la gala del Balón de Oro, ocasión en que también se entrega el premio Lev Yashin, que en los últimos dos años quedó en manos de Emiliano Dibu Martínez.
Fue campeón de Europa a nivel continental en 2021 con la selección de Italia y la temporada pasada hizo historia con el PSG conquistando la Champions League, una cuenta pendiente que se debía el conjunto francés, sostenido desde hace tiempo por capitales qataríes. Sin embargo, Paris Saint-Germain decidió cortarlo de su puesto, disconforme con algún deficit técnico del arquero, según dicen a la hora de jugar con los pies, pero especialmente por las dificultades que venían teniendo para renovarle su contrato, que vence en junio del próximo año.
Por eso, el club decidió cortar con el tema cerrando una de las transferencias más ruidosas del mercado de pases: compró la ficha del arquero Lucas Chevalier, del Lille, también entre los 10 nominados para el premio Lev Yashin, a cambio de 40 millones de euros. Se dice en tierra gala que le prometieron que llega para ser titular.
«Estamos tratando de encontrar la mejor solución. Es una decisión difícil y solo tengo las mejores palabras para Donnarumma. Es uno de los mejores arqueros del mundo y una gran persona, pero estamos buscando un perfil diferente», dijo el DT Luis Enrique, con la rigurosidad que lo caracteriza.
Donnarumma no fue convocado para la final por la Supercopa de Europa contra Tottenham, que se juega esta tarde en Udine, y descargó su bronca en las redes. «Desafortunadamente, alguien decidió que ya no puedo formar parte de este grupo ni contribuir al éxito del equipo. Es una decisión que me deja decepcionado y entristecido», publicó en su cuenta de Instagram.
Con el adiós confirmado, Gigi ya busca club y tiene hasta el 31 de agosto (fecha en que cierra la ventana de transferencias) para determinar dónde seguirá su camino. Al PSG no le conviene ponerse demasiado exigente respecto a la cifra de su venta porque sabe que en un año partiría sin dejar un centavo. En definitiva, un conflicto repetido entre futbolistas y clubes, que suele verse en el fútbol argentino y en todas las ligas del mundo.
Ante este escenario, desde Europa suenan alternativas como Manchester United y Chelsea, aunque la que más ruido viene haciendo es la que lo acerca al Manchester City de Pep Guardiola, que desde la temporada 2017/2018 tiene como titular al brasileño Ederson Moraes.
Desde tierra británica aclaran que solo una salida de Ederson, a quien también le queda un año más de contrato, podría precipitar la llegada de Donnarumma al conjunto celeste. La carrera del brasileño es similar a la del Dibu porque hizo inferiores en San Pablo y se fue a Europa a los 16 años, sin debutar en su país: pasó por un par de equipos de Portugal y llegó al Benfica, que se lo vendió al City por 40 millones de euros.
A diferencia de Donnarumma, el juego de Ederson con los pies fue una de las virtudes que le hizo ganarse la admiración de Guardiola. Sin embargo, tras siete años y 18 títulos, el ciclo parece haberse desgastado en una última temporada decepcionante para todos. De ahí que se hable de Gigi como posible recambio.
El italiano, campeón de la pasada Champions siendo clave con sus atajadas, sobre todo en la tanda de penales contra el Liverpool en octavos de final y ante el Arsenal en semifinales.
Para el City es indispensable vender a Ederson porque el club inglés ya se ha gastado en este mercado 31 millones en otro arquero, James Trafford, que había llegado como competencia del brasileño procedente del Burnley.
Tras la marcha del eterno Scott Carson, el City tiene en plantilla en estos momentos a Ederson, Trafford y a Stefan Ortega, el alemán que también parece destinado a partir en este mercado de pases.
Con información de Agencias