El joven músico argentino que pasó la pesadilla de la guerra en Israel tocando el trombón en un sótano

El joven músico argentino que pasó la pesadilla de la guerra en Israel tocando el trombón en un sótano


«La guerra no me deja verme con mis amigos, ni poder ir a la playa, ni tampoco poder ensayar con la orquesta. Estamos encerrados hace diez días. Ojalá pronto termine«. Matías Monticoff es porteño, del barrio Balvanera, tiene 15 años y desde mediados de 2021 vive en Israel junto a su mamá Romina, que es chef. «Suena la sirena una, dos, tres veces por día y hay que meterse en el búnker de mi casa, un lugar de concreto, hermético, donde me siento seguro».

Matías conversó con Clarín a principios de esta semana, en pleno desarrollo de la «guerra de los 12 días» y antes del alto al fuego entre Israel e Irán. Después de una noche casi sin en vela, su testimonio desde su casa en Afula –al norte de Israel, a 90 kilómetros de Tel Aviv– refleja la pesadilla de la guerra desde la perspectiva de los civiles. Y, también, la búsqueda de estrategias para atravesarla.

«Hace diez días que mi vida cambió drásticamente. No sólo se suspendieron nuestras actividades cotidianas, sino que es común que dos o tres veces por día nos tengamos que proteger en el refugio de la casa. Por el momento en Afula, donde vivimos, no hubo ningún impacto de misil», contó

Matías habla de guerra, de misiles, de cambios drásticos en su cotidianidad, de refugios antiterroristas, pero siempre con el mismo tono y una serenidad envidiable. «Cuando estoy mal, me pongo a tocar el trombón en el búnker para no pensar en los misiles. Me saca de este clima hostil, me pone en eje, me ayuda un montón y me permite viajar con la música. A veces creo que estoy en otro lado, no en un país que está en guerra. Me pasó de estar en el refugio y escuchar las sirenas, y decidí tocar yo más fuerte el trombón al punto de no escucharlas. Y lo logré, porque no quería escucharlas, pude tapar las sirenas con la música».

Hijo de madre y padre chef, Matías se inclinó por la música. Empezó a tocar el piano desde muy niño y en 2020 se decidió por el trombón: le gustaba su sonido y su formato. «Arranqué en el Conservatorio Manuel de Falla, pero con el inicio de la pandemia, estudié de manera virtual. Un año después seguí los estudios pero en Israel, adonde me fui a vivir con mi mamá. En el colegio de aquí, de Afula, pude mejorar con el instrumento, entré a la orquesta de la ciudad, hasta que pude audicionar para la Orquesta Nacional Juvenil, donde entré en mayo».

Matías (15), en su bunker de su casa en Afula durante la guerra: cada día ensayaba varias horas con su trombón.

Medianoche de domingo en Buenos Aires, seis de la mañana en Israel. Con su teléfono, Matías hace un recorrido por su casa y muestra en detalle el búnker, que luce como cualquier habitación, con paredes gruesísimas y puertas y ventanas de hierro, que permanecen cerradas. «Te abro rápido la ventana para que veas». Se advierte un amanecer soleado y una vista a un parque. «En el refugio tenemos agua y comida en caso de que debamos permanecer un tiempo largo».

No fue fácil la adaptación para Matías, que dejó una ciudad enorme como Buenos Aires, para mudarse a un lugar «donde camino cuarenta minutos y voy de punta a punta. Es muy chiquito, pero ese es el encanto. En cuatro años que llevo aquí pude aprender a hablar hebreo, que no es nada sencillo, y a elevar mi conocimiento del trombón. Hoy siento que tengo un futuro con la música y sueño que sea dentro de la Orquesta Militar, donde tocan los mejores de todos».

"Siento que tengo un futuro musical", dice Matías, que audicionó y pudo entrar en la Orquesta Nacional Juvenil de Israel.«Siento que tengo un futuro musical», dice Matías, que audicionó y pudo entrar en la Orquesta Nacional Juvenil de Israel.

El tema de la guerra va y viene. «Para mí esto es más peligroso que lo que sucedió el 7 de octubre de 2023, que igualmente fue terrible. La diferencia que yo noto es que ahora la sensación de incertidumbre es peor y permanecer encerrados hasta ahora no lo había vivido. Por lo que hablo con la gente de aquí, esta situación actual tuvo un mayor impacto a nivel nacional».

Su mamá casi no habla hebreo, con lo cual Matías es el vocero del hogar y quien sigue las noticias locales con atención. «Me importa lo que está pasando, no me da lo mismo, todo lo contrario, me gusta informarme, me interiorizo. Se dicen muchas cosas, que a veces no tienen que ver con la realidad».

Todos los días habla con su papá en Argentina. «Lo extraño mucho, pero no quiero volver a Buenos Aires, siento que hoy mi vida está aquí, aún en estas condiciones». Y se anima a dar una opinión Matías. «Que Estados Unidos intervenga me da tranquilidad y me saca esa inseguridad de un país como Irán que amenaza destruir Israel», remarca el adolescente.

Matías, el argentino que toca el trombón en la Orquesta Juvenil Nacional de Israel.Matías, el argentino que toca el trombón en la Orquesta Juvenil Nacional de Israel.

A la hora de contar por qué decide hablar en tiempos de un nerviosismo y caos generalizados, Matías dice que «nunca se la da la palabra a un adolescente y siento que mi opinión es igualmente importante. Yo no siento que me voy a morir, no tengo miedo, pero la estoy pasando mal. Y yo puedo ser la voz de muchos jóvenes de mi edad que ven su vida bloqueada e inactiva. Espero que esto pase pronto, porque tengo en julio tengo una fecha para tocar en Jerusalén con la Orquesta Juvenil. Es mi ilusión».

Romina es la mamá de Matías, y dice que prefiere mantener el perfil bajo y dejar que hable su hijo, que es quien necesita expresar su testimonio. «Me parece importante que se le dé lugar a un adolescente que, como todos en Israel, atraviesa un momento de incertidumbre y tiene que acostumbrarse a escuchar qué es vivir con alerta naranja o alerta roja».

Sobre el futuro, la mujer asegura que se no le pasó por la cabeza la posibilidad de volver a la Argentina. «La verdad que no está en nuestros planes. Matías tiene un gran futuro aquí y somos muy felices. Desde que llegamos está en la orquesta que representa a la ciudad y a la escuela. Y hace unos meses hizo una prueba para entrar a la Orquesta Nacional y lo aceptaron. Por eso y muchos motivos más elegimos quedarnos. Israel es un gran país».