La Eurocopa femenina se encuentra en plena etapa de definición. Este miércoles comenzaron los cuartos de final y ya se conformó la primera semi: Italia se medirá ante el actual campeón, Inglaterra. Por el otro lado del cuadro Suiza, seleccionado anfitrión, disputará esta tarde su encuentro ante España, mientras que Francia y Alemania definen las llaves el sábado.
Las miradas están puestas en Alisha Lehmann, la figura suiza que actualmente juega en la Juventus, con la que el seleccionado suizo tuvo que tomar medidas de seguridad extraordinarias debido a la popularidad y la enorme cantidad de fanáticos que se desviven por conocerla. «Alisha, ¿me puedo sacar una selfie contigo?», fue uno de los carteles que la esperaba en los accesos al complejo donde entrenan a diario.
La delantera de 26 años cuenta con 16,8 millones de seguidores en Instagram y es una de las grandes estrellas que tiene la competencia. Teniendo en cuenta que la misma se está disputando en su país, cientos de fanáticos aguardan por la figura local para pedirle fotos y autógrafos.
Es por esto que la selección de Suiza tuvo que tomar una decisión respecto a su caso para prevenir cualquier tipo de acercamiento excesivo o alguna situación que pueda incomodar a la futbolista.
“Siempre nos aseguramos de que la seguridad de los jugadores esté garantizada en todos los estadios”, explicó Sven Micossé, responsable de prensa del combinado suizo. La rubia no cuenta con guardaespaldas adicionales pero toda la delegación se mueve bajo la supervisión personal de Christian Inauen, encargado de la seguridad del equipo.
“Siempre está presente cuando las estrellas de la selección nacional se acercan a la afición. Como Lehmann es más famosa que sus compañeras, a veces las acompaña un rato más. Si es necesario, interviene si alguien se acerca demasiado a ella. De lo contrario, se mantiene en un segundo plano», explicó el representante de la selección helvética.
La historia del deporte cuenta con muchos episodios lamentables en que el fanatismo se tornó en acoso y agresión, a veces rozando la tragedia. Uno de los más recordados fue cuando la tenista , y el furor que despierta Alisha es un factor a tener en cuenta por los organizadores del torneo. Basta recordar
El fanatismo por las deportistas puede derivar en situaciones peligrosas, y la historia del deporte lo demuestra con casos concretos. En 1993, la tenista Mónica Seles fue apuñalada durante un torneo en Hamburgo por un seguidor obsesivo que no soportaba verla derrotar a su ídola, Steffi Graf. El ataque no sólo interrumpió su carrera por más de dos años, sino que obligó a replantear los protocolos de seguridad en el circuito femenino. Ese episodio quedó inscrito en la historia del deporte como un alerta permanente sobre los riesgos de la fascinación desbordada.
Mucho más recientemente, en febrero de 2025, Emma Raducanu sufrió una situación de acoso durante el torneo de Dubái, cuando un hombre con conducta “fijada” apareció entre el público, provocándole un ataque de pánico que la llevó a ocultarse tras la silla del juez de silla en pleno partido. La WTA confirmó que el agresor fue detenido y recibió una orden de restricción.
La atacante suiza comenzó su carrera futbolística en 2016, cuando con 17 años debutó en el Young Boys de su país. Dos años después dio el gran salto a la Premier League, donde vistió los colores del West Ham. En Inglaterra también jugó en Everton y Aston Villa, y en julio de 2024 fue transferida a la Juventus de Italia.
Este ultimo traspaso fue un tanto especial ya que lo hizo a la par de su pareja, el mediocampista brasilero, Douglas Luiz. «Estar juntos en el mismo club es un sueño. Muchas veces hemos jugado en diferentes ciudades, por lo que poder vivir estas grandes aventuras en el mismo lugar es algo maravilloso”, contó Lehmann tras su arribo una semana después que su novio a la Vecchia Signora.
Sin embargo, la convivencia les duró poco ya que según el diario italiano, la Gazzetta dello Sport, la relación llegó a su fin en mayo, cuando decidieron separarse por diferencias sobre sus futuros en el club italiano.