El mítico encuentro de Fidel Castro y el Che Guevara en “el país de la mordida”

El mítico encuentro de Fidel Castro y el Che Guevara en “el país de la mordida”


En México, el Che se convirtió en el Che, dice Paco Ingacio Taibo II, director general del Fondo de Cultura Económica, en la introducción del documental El Ché y Fidel. Ernesto antes del Che, su paso por la Ciudad de México. En 1955, el Che conoció a los hermanos Castro en la colonia Tabacalera, en la capital mexicana y forjó una fuerte amistad con Fidel, con quien compartía un profundo sentimiento “antiyanquista”. También fue en México que el argentino y el cubano planearon el derrocamiento del entonces presidente y dictador de Cuba, Fulgencio Batista. Aquel momento histórico fue inmortalizado 62 años después por el escultor Óscar Ponzanelli con unas figuras de bronce de Castro y Guevara relajadamente sentados en una banca y puestas sobre un parque en la Tabacalera, las cuales fueron retiradas durante el miércoles 16 de julio de 2025 por irregularidades en los permisos para instalar la obra, según informó la alcaldesa emecista de la Cuauhtémoc, Alessandra Rojo de la Vega. Las esculturas ya no están, pero la historia e importancia de su encuentro prevalece.

1954, Tapachula y el país de la mordida

Ernesto Guevara cruzó la frontera desde Guatemala hacia México por Tapachula, Chiapas, en 1954. Guevara estuvo presente durante el golpe de Estado orquestado por Estados Unidos para derrocar al presidente guatemalteco Jacobo Árbenz. Llegó a México como exiliado. Viajó en tren a la capital mexicana, llamada entonces Distrito Federal. Dicen historiadores y escritores como Óscar de Pablo y Juan Patricio Riveroll que el Che llegó sin un peso. Se ganaba la vida como fotógrafo de retratos de gente que paseaba por la Alameda, una de las calles principales de la ciudad, y buscaba ejercer de médico, carrera de la que se matriculó en la Universidad de Buenos Aires (más adelante lo consiguió).

Cuenta el historiador José Ignacio de Alba en su columna publicada en Pie de págnia, que la instancia que Guevara tenía planeada en México era solo una parada técnica. Buscaba una visa para llegar a Estados Unidos y reunirse con sus familiares. De no lograrlo, su destino sería Francia. Pero llegó “al país de la mordida”, como lo describió en una carta, y dos años después, junto con Fidel Castro, cambiarían la historia política del continente americano.

El encuentro con los Castro

El líder revolucionario Fidel Castro llegó a México como exiliado, luego de ser liberado de prisión tras ser la cabeza del asalto al cuartel Guillermón Moncada, en Santiago de Cuba, para derrocar al Gobierno de Fulgencio Batista, entonces dictador de la isla. Al llegar a México, pasó por Mérida, Campeche y Veracruz antes de instalarse en la capital mexicana.

El encuentro entre Guevara y Castro sucedió gracias las amistades que hizo el Che durante su paso por Costa Rica y Guatemala. Algunos atribuyen el encuentro al también revolucionario cubano Ñico López, quien le presentó primero a Raúl Castro en la colonia Tabacalera y después Castro introdujo a su hermano menor, Fidel.

Fidel y el Che congeniaron al instante. “Los unía un profundo sentimiento antiyanquista, escribe el historiador De Alba. El edificio departamental de la calle José Emparán 49, en la colonia Tabacalera, fue el lugar del mítico enlace. Posteriormente, se reunirían en el fondo del bar de café La Habana para conspirar contra Fulgencio Batista. El resto, como dicen, es historia.