España remó y remó esta noche en el Stadion Wankdorf de Berna para derribar el enorme ejercicio defensivo de Suiza, la anfitriona de la Euro. La selección helvética, un combinado que nunca había pisado los cuartos del torneo, resistió durante más de una hora las embestidas de la Roja. El equipo dirigido por Montse Tomé no vio la manera de golpear a su rival hasta que Aitana alumbró a Athenea con un taconazo con el que la dejó mano a mano ante Peng. El tanto fue un alivio para el grupo, que se verá el próximo miércoles en semifinales ante el ganador del Alemania – Francia de este sábado tras superar una eliminatoria de la Eurocopa por primera vez en su historia.
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Cata Coll, Olga Carmona, Ona Batlle, Laia Aleixandri, Irene Paredes, Aitana Bonmatí, Patri Guijarro, Alèxia Putellas, Esther González, Clàudia Pina y Mariona Caldentey
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Livia Peng, Ana-Maria Crnogorcevic, Noëlle Maritz, Nadine Riesen, Viola Calligaris, Noemi Ivelj, Lia Wälti, Géraldine Reuteler, Smilla Vallotto, Sydney Schertenleib y Iman Beney
Goles 1-0 min. 65: Athenea del Castillo. 2-0 min. 70: Clàudia Pina.
Árbitro Maria Ferrieri Caputi
Tarjetas amarillas Laia Aleixandri (min. 24), Alayah Pilgrim (min. 63), Lia Wälti (min. 72) y Ana-Maria Crnogorcevic (min. 82)
Tarjetas rojas Noëlle Maritz (min. 91)
Tomé pudo sacar al fin hoy a su equipo de gala tras alinear en la portería a Cata Coll. La guardameta del Barça no había jugado ni un minuto en la fase de grupos por la amigdalitis que sufrió en los primeros días del torneo. Con el once titular, con Patri, Aitana y Alexia en la sala de máquinas y Mariona, Pina y Esther en la delantera, la Roja hizo frente a la salida impetuosa del combinado dirigido por Pia Sundhage. La puesta en escena de las helvéticas, con el calor de un Wankdorf Stadion a rebosar de aficionados locales, fue sorprendente porque en los primeros minutos adelantaron las líneas y entorpecieron la salida de balón de España.
La presión que ideó Pia, que formó con un 4-4-2 con Schertenleib y Beney en punta, provocó algunas pérdidas en la construcción del juego. Suiza no probó a Cata en todo el primer tiempo, pero lanzó varias contras peligrosas gracias a la velocidad de Beney y a la intensidad con la que sus jugadoras afrontaron cada disputa.
España tejió y tejió con las combinaciones hasta hundir a su rival alrededor del área, pero tuvo muchas dificultades para desarmar al bloque suizo y encontrar posiciones claras de gol. Una de las pocas oportunidades francas del primer tramo la tuvo Aitana en un centro de Olga. La centrocampista se quedó sola al borde del área pequeña y trató de rematar con una volea acrobática, pero no impactó en el balón. Cuando parecía que la jugada ya moría, Mariona se coló en el área, fijó a Calligaris y dio un pase atrás. La defensa de la Juventus llegó tardísimo, metió la pierna y la derribó. La propia jugadora del Arsenal lanzó el penalti, pero el disparo se le fue ligeramente desviado a la derecha de la portería de Peng. Un tanto tan tempranero podía haber allanado tanto el camino para la Roja que el estadio celebró el error de una especialista como ella como si se tratara de un momento clave del encuentro ya en el minuto nueve.
La velocidad de balón de España no acababa de hacer daño a las helvéticas. Tomé vio que al equipo le faltaba profundidad en el último tercio del campo y optó por cambiar durante un tramo a Mariona y a Pina de perfil. La idea era agitar algo, que las extremos tuvieran otras marcas y atacar la espalda de la defensa, pero el equipo solo probó a Peng con disparos desde la media distancia o con remates incómodos de Esther bajo la presión de las centrales. La Roja no lograba desenredar el nudo de Suiza. Ni siquiera a balón parado, una especialidad en la que Pina aporta muchísimo. La delantera del Barça aprovechó una falta cercana al área para buscar la escuadra derecha de la portería suiza, pero la guardameta salvó el intento con una estirada de postal.
El equipo de Pia siguió creyendo en el plan, siempre ordenado, con las líneas muy juntas y generoso en cada carrera. En uno de los robos con los que intentaron lanzar en profundidad a Beney, Aleixandri, que estaba apercibida, derribó a la jugadora del Young Boys y vio amarilla. La central, que se perderá la semifinal, aguantó condicionada todo el partido las carreras de las atacantes suizas, muy limpia tanto en el corte como con la pelota.
El ejercicio de resistencia de Suiza, que además casi no pudo descansar con el balón, fue formidable. España se estrelló una y otra vez contra un muro y vio cómo los disparos lejanos de Aitana y Pina se iban desviados y Paredes remataba al palo antes del descanso.
A la Roja le faltaba alguien que iluminara un hueco en el bosque defensivo de las helvéticas, pero Tomé optó por no cambiar nada en el vestuario. El equipo siguió tratando de desgastar a la defensa rival, pero a las combinaciones les faltaban filo y velocidad para sortear semejante atasco. Esther y Pina lo volvieron a intentar sin éxito con tiros desviados y Patri, muy acertada con el balón y en las ayudas defensivas, estampó un cabezazo en un saque de esquina que terminó con el balón golpeando también en el otro palo tras una serie de rebotes.
Tomé cambió a Mariona y a Olga y dio carrete a Athenea y a Leila. La entrada de la extremo del Madrid mandó de vuelta a Pina a la izquierda. El juego empezó a fluir más rápido y España logró al fin descorchar el marcador con la maniobra formidable de Aitana y la definición de Athenea. El gol dio mucha calma a la Roja, ya sin la presión de adelantarse ante un rival a priori inferior. El equipo siguió instalado en campo contrario con todo el control del balón, sin que Suiza le hiciera daño a la contra, y volvió a ver puerta en una maniobra típica de Pina en la frontal. La extremo controló, se giró y estampó el balón en la escuadra izquierda de Peng con una facilidad impresionante.
El final fue muy cómodo y Tomé dio minutos a Vicky, Salma y Lucía García. La selección incluso pudo marcar el tercero después de que Beney cometiera un penalti sobre Athenea. Alexia erró el disparo, pero España estará el miércoles 28 años después en las segundas semifinales de su historia tras la de 1997, cuando solo ocho equipos jugaban el torneo.