Con una mezcla de alivio y profundo enojo, Cristian Graf dio la cara este lunes. «No soy culpable de nada», sentenció desde la puerta de su casa, junto a su mujer. El hombre, que acaba de ser sobreseído por el crimen de Diego Fernández, apuntó duro contra la prensa por las «difamaciones» que, según él, sufrió durante la investigación.
El hecho central es que el juez en lo Criminal y Correccional, Alejandro Litvack, resolvió desvincularlo de la causa. Graf estaba acusado de encubrimiento agravado y ocultamiento de pruebas en el caso del hallazgo del cadáver de Fernández, ocurrido en el jardín de su propia casa en Coghlan.
Graf insistió en su inocencia y le atribuyó al juez la capacidad de ver la verdad. «Ustedes saben todo lo que yo soy, por eso el juez dictó el sobreseimiento«, sostuvo en diálogo con TN. Sobre las acusaciones de encubrimiento, volvió a tildarlas de «difamaciones» y afirmó: «Por eso el mismo juez se dio cuenta que nada que ver».
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El hombre, que se mostró apurado por terminar la entrevista, confesó estar «muy enojado por todo lo que se difamó». Fue en ese momento que disparó directamente contra la cobertura del caso: «Ustedes vieron, de todas las acusaciones que se dijeron, que todas eran truchas, por decirlo así».

El enojo, según sus palabras, fue por «cómo inventan cosas por tener una noticia». Con esta dura crítica, Graf cerró la reja de su casa y dio por terminada la conversación, no sin antes aclarar un punto clave de su vínculo con la víctima.
Si bien confirmó que Diego Fernández fue su compañero de escuela, minimizó cualquier lazo cercano. Explicó que iban a divisiones diferentes y fue tajante al definir la relación: «No teníamos una relación de amistad».
Una firma que lo cambió todo
El juez Alejandro Litvack firmó el sobreseimiento de Cristian Graf en la causa que investigaba el crimen de Diego Fernández. El cadáver del joven fue hallado de forma casual en mayo pasado, mientras se realizaba una excavación para una obra en una propiedad de la avenida Congreso 3742.
Graf, dueño de esa casa y excompañero de colegio de la víctima, fue el principal apuntado. Se lo acusó formalmente de «encubrimiento agravado» y «ocultamiento de pruebas», sospechado de haber presuntamente ocultado el cuerpo en el jardín de su propiedad.

El viernes 17 de octubre, Graf había sido indagado por primera vez en el juzgado N° 56. El caso conmocionó al país por el tiempo transcurrido: Diego Fernández tenía 16 años cuando desapareció el 26 de julio de 1984.
La madre de la víctima, Irma Lima (87), había relatado a los medios el último momento que vio a su hijo: «Me pidió plata para el colectivo, me dijo que iba a lo de un compañero y se fue comiendo una mandarina. Ahora encontraron esos huesitos«.
TC/ML










