El mundo del fútbol y el de Hollywood quedaron cruzados estos días por un rumor surgido en Italia que en pocas horas se volvió viral: una supuesta relación sentimental entre Christian Pulisic, figura del AC Milan, y la actriz estadounidense Sydney Sweeney, una de las estrellas del momento por sus trabajos en Euphoria y The White Lotus.
La versión comenzó a circular a partir de una publicación de la cuenta deportiva italiana DNA Bomber, especializada en información y trascendidos del fútbol europeo, y levantada por otros medios de renombre como La Gazzetta dello Sport. El posteo fue rápidamente replicado por medios de entretenimiento y portales deportivos, lo que disparó memes, especulaciones y debates en redes sociales.
Hasta el momento, ninguno de los protagonistas confirmó ni desmintió la versión, y no existen imágenes ni apariciones públicas que respalden el supuesto vínculo.
Pulisic, de 26 años, atraviesa un gran presente en el Milan y sigue siendo una de las principales figuras de la selección de Estados Unidos que el año próximo jugará el Mundial en su país. En el pasado reciente fue vinculado sentimentalmente con la golfista Alexa Melton, aunque su situación personal nunca fue expuesta públicamente.
Sweeney, en tanto, de 27 años, finalizó este año su compromiso con el productor Jonathan Davino. En los últimos meses también fue relacionada con el empresario musical Scooter Braun, aunque ese vínculo tampoco fue confirmado como una relación formal. En distintas entrevistas, la actriz remarcó que está enfocada en su carrera y en su vida personal.
Medios italianos se hicieron eco del rumor, pero remarcaron que por ahora sólo se trata de una versión sin sustento comprobable que, por ahora, queda en el terreno de la especulación. Pulisic juega en uno de los equipos más poderosos de ese país peor en este caso es involucrado con una actriz que este año tuvo una explosión de fama a nivel mundial.
Sydney Sweeney aparece hoy como una de las figuras más influyentes de la cultura pop norteamericana. Durante 2025, fue señalada por su belleza y sensualidad dentro de la llamada nueva generación de Hollywood, una etiqueta que la propia actriz suele relativizar, pero que se refuerza con cada aparición pública, estreno o campaña.
Esa exposición también tuvo su costado polémico. Este año, la actriz quedó envuelta en una controversia por una publicidad de jeans que protagonizó y que fue duramente cuestionada en redes sociales por el uso de un juego de palabras considerado insensible por algunos sectores. La campaña abrió un debate más amplio sobre los límites de la provocación en la publicidad y el rol de las celebridades en mensajes culturales sensibles. Lejos de afectar su carrera, el episodio acrecentó su fama.
En Estados Unidos, el cruce entre estrellas del deporte y figuras del espectáculo dejó de ser una rareza para convertirse en un fenómeno cultural que trasciende la farándula. El caso más emblemático fue el de Taylor Swift y Travis Kelce, cuya relación no solo multiplicó la exposición de la NFL, sino que también atrajo a un público nuevo, especialmente joven y femenino, a un deporte históricamente dominado por audiencias masculinas. La presencia de la cantante en los palcos y su impacto en redes sociales y ratings televisivos confirmaron que el vínculo entre deporte y entretenimiento puede ser, además, un negocio millonario.
Ese antecedente explica por qué cada rumor que mezcla fútbol, Hollywood y redes sociales encuentra terreno fértil en el público estadounidense. En un ecosistema donde atletas y celebridades comparten visibilidad global, cualquier posible vínculo sentimental se transforma rápidamente en contenido viral. Más que una historia romántica, se trata de una postal de época: la del deporte convertido en espectáculo, donde lo que ocurre fuera de la cancha puede tener tanto impacto como lo que pasa dentro de ella.
