Si en algún momento soñó con caminar cómodamente hacia las elecciones de medio término del próximo domingo, hoy Javier Milei parece arrastrarse en un pantano. A la zozobra política y económica de las últimas semanas, este miércoles se sumó la renuncia de su canciller, Gerardo Werthein, quien había asumido hace menos de un año. La dimisión se produce en un momento sensible para las relaciones exteriores de Argentina, cuando el Gobierno ultraderechista casi que ha puesto su futuro en manos de Estados Unidos.
Justamente, Werthein fue apuntado dentro de la Casa Rosada por el resultado amargo que tuvo el encuentro de Milei con Donald Trump, la semana pasada: el presidente de EE UU confirmó un multimillonario rescate para el país sudamericano, pero lo supeditó al incierto resultado de los comicios legislativos. En lugar de aplacar la turbulencia financiera, el anuncio terminó agudizando la incertidumbre y profundizando la caída del peso argentino contra el dólar.
El ministro de Relaciones Exteriores le presentó su renuncia al presidente en las últimas horas y se efectivizaría desde el próximo lunes. Werthein había ingresado en el Palacio San Martín, sede de la Cancillería, a comienzos de noviembre de 2024, en reemplazo de Diana Mondino. Desde entonces, había seguido al pie de la letra el alineamiento incondicional de Milei con los gobiernos de Estados Unidos e Israel.
De hecho, Werthein participó de las negociaciones que derivaron en la reunión bilateral de Trump y Milei en la Casa Blanca, donde se avanzó en el auxilio económico de EE UU para Argentina. Según ya se anunció en varias oportunidades, el salvataje consistirá en un intercambio de monedas por 20.000 millones de dólares (17.300 millones de euros), una línea de crédito a través de bancos privados por otros 20.000 millones y la intervención del Tesoro estadounidense en el mercado cambiario argentino, para sostener al peso.
Las críticas internas más duras contra el rol del ministro Werthein se originaron en Las Fuerzas del Cielo, la agrupación que se define como “la guardia pretoriana” de Milei y centra su activismo en redes sociales y comunidades virtuales. El espacio es liderado por Santiago Caputo, poderoso asesor en las sombras de Milei.
Uno de sus lugartenientes, Daniel Parisini, conocido como Gordo Dan, hizo explícito el malestar con Werthein tras la reunión en Washington: “Tal como avisamos […], Donald piensa que las elecciones argentinas que se avecinan son las presidenciales y no las midterms (las de medio término o legislativas) y por lo tanto tiró obviamente que si perdemos […] entonces Estados Unidos no ayudará a una Argentina con un presidente kirchnerista”, escribió en sus redes sociales, con un argumento que luego fue desmentido por el propio republicano. “Si tan solo tuviésemos un canciller que […] escuchara lo que viene diciendo Donald Trump respecto del tema […], la cosa hubiese sido distinta”, apuntó.
La salida de Werthein por sus eventuales diferencias con Caputo había trascendido como un insistente rumor durante el fin de semana y se confirmó en la mañana de este miércoles, el día en que Milei celebra su cumpleaños número 55. La renuncia adelanta el recambio de funcionarios que el presidente había confirmado para después de las elecciones, en busca de relanzar su alicaído Gobierno. Hasta ahora sin cargo en el organigrama institucional, Santiago Caputo es uno de los nombres que podrían sumarse al gabinete de ministros de la ultraderecha.
La inminente sangría de altos funcionarios del Ejecutivo incluirá a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y a su par de Defensa, Luis Petri, quienes son candidatos a legisladores de La Libertad Avanza y, por su lugar prominente en las listas, obtendrán escaños en el Congreso. También dejará su cargo el portavoz presidencial, Manuel Adorni, ya electo como legislador de la ciudad de Buenos Aires. Todo indica que a esos nombres se sumarán otros.
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