El Bayern Múnich se abrió paso a los cuartos de final contra el PSG después de deshacerse de un Flamengo que resistió de manera académica su aluvión inicial y que les birló la pelota y el gobierno del espacio durante muchos minutos. Pero los alemanes tienen a Harry Kane, un tirador de precisión que apenas necesita tiempo para cargar el arma y que con un doblete terminó con la prometedora aventura de los brasileños.
2
Agustín Rossi, Léo Pereira, Léo Ortiz, Wesley, Alex Sandro (Ayrton Lucas, min. 81), Luiz Araújo, Jorginho (Nicolás de la Cruz, min. 80), Gerson (Wallace Yan, min. 81), Giorgian de Arrascaeta (Bruno Henrique, min. 57), Erick Pulgar (Allan, min. 45) y Gonzalo Plata
4

Manuel Neuer, Konrad Laimer (Thomas Müller, min. 92), Jonathan Tah, Dayot Upamecano, Josip Stanisic, Leon Goretzka (Aleksandar Pavlovic, min. 58), Kingsley Coman (Leroy Sané, min. 58), Serge Gnabry (Jamal Musiala, min. 71), Joshua Kimmich, Michael Olise y Harry Kane (Sacha Boey, min. 92)
Goles
0-1 min. 5: Erick Pulgar. 0-2 min. 8: Kane. 1-2 min. 32: Gerson. 1-3 min. 40: Leon Goretzka. 2-3 min. 54: Jorginho . 2-4 min. 72: Kane
Arbitro Michael Oliver
Tarjetas amarillas
Erick Pulgar (min. 42), Gonzalo Plata (min. 43), Jonathan Tah (min. 43), Allan (min. 47), Wesley (min. 62), Joshua Kimmich (min. 65), Kane (min. 83), Jamal Musiala (min. 86), Laimer (min. 91)
Filipe Luis tenía fresco el recuerdo de la angustia que le hizo sentir el Bayern de Guardiola en 2016 como jugador del Atlético, tal vez el mayor bombardeo de su carrera. Al verlo de nuevo enfrente, esta vez en el banquillo, de entrada los alemanes le aplicaron la misma receta. Salieron impulsados por una descarga salvaje y sofocante que ahogó en dudas a su Flamengo. Encontraban futbolistas del Bayern por todas partes. No terminaba de llegarles el balón y ya había aparecido un pie alemán para rebañárselo. Redujeron el campo a una extensión de unos 30 metros en el lado de la portería de Rossi, lejísimos de Neuer. En cinco minutos, el Bayern ya había sacado tres córners, y el tercero lo cabeceó a su propia portería el chileno Erick Pulgar. El desconcierto era mayúsculo. Como aquel que recordaba Filipe Luis.
El Bayern siguió apretando. Upamecano robó una pelota muy dentro de la mitad de los brasileños y Kane se sacó un zurdazo lejano sin apenas necesidad de acomodársela. El tiro rozó la pierna de Ortiz, tocó el palo y se coló sin que Rossi pudiera alcanzarlo. El ahogamiento parecía inevitable. También gigantesco.
Pero además de hablarles de viejas batallas, Filipe había dotado a su equipo de herramientas contra el sofoco. La salida se encontraba en algo tan lejano de lo brasileño como la estructura, el método, los patrones del centro del campo de Jorginho, Gerson, De Arrascaeta y Araújo. Así fueron desgastando el entusiasmo alemán, y encontrando más a Wesley y a Alex Sandro en las bandas, con más academicismo europeo que fantasía carioca. Gerson se topó en el área con un centro de Araújo y lo reventó con tanta violencia que Neuer no tuvo tiempo de levantar los brazos.
El Bayern volvió a marcar con un estupendo tiro lejano de Goretzka, que se había encontrado con un mal despeje, pero Flamengo seguía creciendo, cada vez más dueño de la pelota, cada vez más cerca de Neuer. También en el marcador cuando Olise desvió con el brazo en el área un centro de Jorginho, que acertó con el penalti. Habían encontrado el modo de controlar a los alemanes, que miraban atrás más a menudo de lo esperado. Hasta que Kimmich filtró a Kane. El inglés controló mientras giraba, clavó otro gol en la base del poste y pinchó el globo del sueño del Flamengo.