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Un grupo de investigadores especializados en el estudio de murciélagos descubrió en Oaxaca la presencia de una enfermedad exclusiva de estos animales, denominada síndrome de la nariz blanca, y que solo había sido documentada en ejemplares que habitan en Norteamérica. El hallazgo ocurrió en unas cuevas del municipio de San Pedro Molinos, población ubicada a 211 kilómetros de la capital del estado, en la región Mixteca.
El profesor Miguel Briones-Salas, investigador del Centro Interdisciplinario de Investigaciones para el Desarrollo Integral Regional Unidad Oaxaca del Instituto Politécnico Nacional (IPN), alerta sobre las implicaciones que tiene la presencia de esta enfermedad en los quirópteros (nombre científico de estos animales).
“Si bien la enfermedad, causada por un hongo, afecta únicamente a los murciélagos –provocándoles daños en su piel, membranas, y llevándolos paulatinamente a la muerte— este hecho tiene una repercusión biológica en la regeneración de bosques y selvas, así como en el control de plagas y en la polinización de agaves”, advierte.
Oaxaca es la entidad con mayor diversidad de murciélagos en México, al registrar 94 especies de las 146 presentes en el país. Entre ellas, hay tres hematófagas, es decir, que se alimentan de sangre de ganado. Mientras, en todo el mundo, se identifican más de mil especies.
El síndrome de la nariz blanca, insiste el especialista, afecta únicamente a los quirópteros. Así, busca evitar una mayor estigmatización contra estos mamíferos alados, ya asociados a ser transmisores de rabia.
Un hongo que aprovecha el letargo
El hongo que los ataca (Pseudogymonascus destructans), aprovecha el momento en el que se encuentran en periodo de letargo o hibernación, ya que sus defensas disminuyen. Los afecta generando una capa algodonosa blanca sobre su nariz —de ahí su nombre—, para después extenderse por sus alas y músculos, hasta dejarlos paralizados.
Aunque esta es la primera vez que se documenta la presencia de la enfermedad en una zona tropical de México, se registró por primera vez en 2006 en comunidades de murciélagos de Texas, desde donde se diseminó hacia el sur del continente.
Gabriela Elena Medina Cruz, estudiante de doctorado y quien logró aislar la cepa e identificarla mediante técnicas morfométricas y moleculares, indica que el hallazgo se registró mientras realizaba trabajos de ecología con poblaciones en la región Mixteca. Ella y su equipo se percataron que varios individuos se encontraban infectados por el patógeno, e hicieron las pruebas con la colaboración de investigadores de las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM), Autónoma Metropolitana (UAM) y Autónoma de Yucatán (UADY), así como de un laboratorio privado.
Los posibles daños que podría causar el hongo en las comunidades de murciélagos del neotrópico de América (del centro de México hacia el Sur), aún están en proceso de investigación y documentación. Sin embargo, la estudiante coincide con Briones-Salas al advertir que las afectaciones se darán principalmente en las diversas especies que polinizan agaves y controlan plagas de insectos.
Polinizadores y controladores
Entre las múltiples labores biológicas de las que se encargan los murciélagos, está la polinización de agaves silvestres, ampliamente utilizados en la producción de mezcal en Oaxaca. De acuerdo con el informe 2024 del Consejo Mexicano Regulador de la Calidad del Mezcal, el estado produce el 90,5% de los más de 12 millones de litros de la bebida en todo el país. Y aunque el mismo consejo destaca que el 86% del mezcal proviene de la variedad de maguey espadín (agave angustifolia), que se reproduce en viveros, el 13% sale de magueyes silvestres como el tobalá, cuish, cenizo, papalote y otros en los que los murciélagos intervienen en su reproducción.

Briones-Salas recuerda que estos animales también contribuyen al control de plagas en cuestiones agrícolas y de la salud pública, pues comen mosquitos que, en el sur de México y en Oaxaca, pueden ser vectores del dengue, zika y chikungunya. “Igualmente, los murciélagos son dispersores de semillas que permiten la regeneración de bosques y de selvas. Además, se alimentan de carne de lagartijas e, incluso, de ratones, ayudando a controlar sus poblaciones”
Al ser el primer reporte del síndrome de la nariz blanca en murciélagos de Oaxaca, Medina agrega que hay un sinfín de investigaciones pendientes, entre las que están encontrar cómo llegó el hongo —se cree que fue posiblemente por murciélagos migratorios—, cómo afecta a las especies del estado y qué tanto se ha extendido.
El profesor, por su parte, aprovecha y hace un llamado a la Asociación Mexicana de Mastozoología para que se sumen a este reto y realicen colectas intencionadas para detectar hacia dónde se mueve el hongo. Asegura que, si bien la enfermedad es letal, hasta el momento no se tiene identificado un alto índice de mortalidad en murciélagos en la cueva donde se encontró. “Sin duda”, advierte, “el camino de investigación es largo”.