La Guardia Civil ha frustrado este viernes un petaqueo (carga) de gasolina entre narcotraficantes a la luz del día, a las 7.40 de la mañana, en la playa de Los Lances de Tarifa (Cádiz), tal y como revela el vídeo que acompaña a esta información. Los agentes lograron evitar que la narcolancha no recibiera las 67 petacas de gasolina previstas y se quedaran en tierra firme, donde también abandonaron los narcos tres lanchas pequeñas que servían de apoyo. No ha habido detenidos porque los implicados en el suceso lograron huir.
“A pesar de que la Guardia Civil se ha metido nadando a por los narcos, se han logrado escapar hasta la lanzadera, que salió hacia la playa de Bolonia”, relata Eva Tomé, fotógrafa y autora del vídeo que paseaba por la playa gaditana a esa hora temprana de la mañana, cerca del hotel Hurricane. Estas embarcaciones nodrizas con decenas de bidones son las gasolineras móviles que utilizan las narcolanchas para lograr estar operando siempre en alta mar en la zona del Estrecho de Gibraltar y que el tráfico de hachís no pare.
“Lo importante es que la operación de petaqueo se ha frustrado, aunque no ha habido detenidos”, resaltaba un portavoz de la Comandancia de la Guardia Civil en Algeciras. En el vídeo se observa cómo un agente se adentra con la pistola en alto, acompañado de otro compañero, para intentar intimidar a los cuatro narcos que huyen nadando hacia la narcolancha, donde otros ocho traficantes les esperaban. Pero las advertencias de los guardias civiles no surten efecto y los narcos logran escapar. Los cuatro hombres se acercan nadando poco a poco hasta la narcolancha, hasta que consiguen subirse todos a bordo y los 12 emprenden la huida con los motores fuera borda.
El petaqueo de combustible es una actividad que la Guardia Civil y la Policía persiguen, generada por bandas que sirven de apoyo a los clanes que controlan el tráfico de hachís en el Estrecho. Suelen contar con guarderías de combustible, lanchas para el avituallamiento, armas, medios tecnológicos y miles de garrafas o petacas donde se transporta la gasolina para los potentes motores de las narcolanchas. La normativa española no contempla como delito el almacenaje o transporte de grandes portes de gasolina.