La historia de Mía, la primera «escritorita» en presentarse en la Feria del Libro

La historia de Mía, la primera «escritorita» en presentarse en la Feria del Libro


Mía Pedrazzini tiene diez años, pero escribe desde que tiene seis. No fue de un día para el otro, sino parte de un proceso que comenzó de manera íntima, en la naturaleza del vínculo entre una madre y su hija. Mía escuchaba todos los días los cuentos que su mamá Florencia le leía. Con el tiempo, aprendió a leer por su cuenta, escribir y comunicarse con su mamá a través de notas y cartas que siempre contaban una historia.

Florencia se guardó cada uno de los recortes de Mía, como toda madre que protege las memorias ante el paso del tiempo. Pero un día, Mía la sorprendió con una frase llena de convicción, pese a su corta edad: “Mamá, yo quiero ser escritora

“Hablé con el colegio, que también me dio un espacio enorme. Me dijeron que con seis años ella tenía una estructura narrativa que nunca nadie le explicó, pese a los errores ortográficos de la edad. Sus historias tenían una introducción, un nudo y un desenlace. Entonces, con el empuje de lo que me decían en el colegio y lo que ella sentía yo dije ‘bueno, vamos a publicar un libro’”, relata Florencia Pini, su mamá, mientras dialoga con Clarín.

Florencia empezó a indagar en el mundo editorial, a tientas, sin tener idea de cómo podría publicar las historias que su hija había creado a mano sobre el papel. Pero encontró la indicada. El primer libro, que combinó sus escritos de seis años, se llamó Había una vez. Así comenzaban todas las pequeñas historias de una muy pequeña Mía.

Mía empezó a escribir a los seis años.

“Cuando sacamos el primer libro, viajamos a Chile, a presentarlo en Vaca Rayada, una librería especializada en infancias. No nos conocía nadie porque estábamos en otro país, pero cuando compraron dos libros frente a ella fue emocionante. Me ponía en su cabeza de nena de ocho años… fue maravilloso. Ese día que volvimos en el avión ella empezó a escribir cuentos, tres que publicamos”, cuenta Florencia.

Mía no solo escribió tres cuentos, sino que además los ilustró. La vida de un mosquito, El pez que soñaba con tener un dueño y Snow vs Rayada se publicaron cuando ella tenía nueve.

“Ella empezó a ser más grande, a ilustrar, a que le guste el diseño. Los tres libros tienen uniformidad; ella no pinta, entonces quedaron en blanco y negro, pero además le puso todo lo que a ella le gusta encontrar en un libro, metalenguaje. Le puso un señalador a cada uno de sus libros para que busquen una mosca en todas las páginas, para que cuando el dueño finalmente encuentre al pez lo pinte, porque es cuando encuentra el amor”, resume la madre de la pequeña autora.

Para Florencia, leer un cuento de Mía es verla por completo, con su sensibilidad. Su forma de ver el mundo está en las cosas simples: un cuento en donde los mosquitos se salvan y cada niño, desde ahora, pasa a tener uno de mascota. Su mamá repite en la entrevista una frase que cobra valor, que hace que la historia de Mía le llegue al que la conozca: no hay pretensiones o egos, es solo una nena escribiendo para otros nenes.

El proceso de Mía es respetado, genuino: las palabras son de ella, la forma de puntuar es de ella, las cosas que quiere contar nacen de ella, el modo en que ella quiere contar esas cosas también. Escribir, para ella, es un disfrute, no una presión. Hay simpleza, no adornos.

“Fuimos a presentar el libro al colegio, y ahí se empezó a abrir una puerta que yo jamás planifiqué”, confiesa Florencia. Es así, una seguidilla de cosas las sorprendió a las dos. La magia de Mía inspiraba, hacía efecto en sus pares, y también en los más grandes.

Una presentación histórica

La ola Mía llegó a la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), hasta su presidente, Alejandro Vaccaro.

Los libros se presentaron en la 49ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires y de esta forma Mía hizo historia: se convirtió en la primera niña en lograrlo. El evento se realizó en una sala, con una exposición que Florencia y Mía pensaron mucho.

La presentación de las obras de Mía en la Feria del Libro de Buenos Aires.La presentación de las obras de Mía en la Feria del Libro de Buenos Aires.

“Ahí encontré un espacio que me parecía interesante como oportunidad, sobre todo para la literatura infantil, para presentar de otra manera. Fue revalorizar las historias de Mía, hicimos escultura corpórea sus dibujos. Hicimos un corpóreo enorme de su libro, para que lo abra y pase la página. De ser análogo, se empiezan a proyectar las ilustraciones de sus dibujos animados en 3D. Hicimos obviamente los peluches de sus personajes”, cuenta Florencia.

Ese día la “escritorita” se convirtió en espectadora de la narración de sus propios cuentos que escribió a las 6 y 9 años, con más de 120 personas que la acompañaron. Claudio Ledesma fue el encargado de darle voz a sus creaciones.

Hubo gran impacto, la gente que fue a verla se sorprendió gratamente con las propuestas.

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La historia de Mía, la primera «escritorita» en presentarse en la Feria del Libro

Mía también estuvo en la 33° Feria del Libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires, en un espacio gestionado por la SADE y Fundación El Libro. Ahí sus personajes se convirtieron en holograma. Todas sus memorias se guardan en un Instagram supervisado por Florencia para que el día de mañana Mía pueda ver su recorrido.

“Tiene una amiga con TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad) muy alto y los cuentos de Mía son tan simples que esa simpleza y esa repetición, a ella le sirve mucho. Y la mamá siempre me dice: ‘todos los días, ella se tiene que dormir con el libro de Mía‘. Para ella eso es inmenso. Saber que tiene amigas de su edad que piden sus libros para Navidad, que se inspiran y quieren escribir. Eso no lo hubiera podido lograr yo, eso es Mía”, se emociona su mamá.

Mía también estuvo en la 33° Feria del Libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires.Mía también estuvo en la 33° Feria del Libro Infantil y Juvenil de Buenos Aires.

Una de las ediciones de Mía se hizo con tapa blanda y fue enviado recientemente a un colegio en donde asisten chicos de bajos recursos. Con su mirada de nena, de forma real, ha tocado corazones.

Mía ya se presentó para contar su historia en varios espacios educativos como el Colegio Bayard, Canadá School y las librerías Abrazandocuentos y Vaca Rayada, ambas dedicadas exclusivamente a infancias. Además, fue convocada para contar su historia en la Red de Bibliotecas Públicas del Gobierno de la Ciudad. Todos sus libros están a la venta en Los cuentos de Mía, en Tienda Nube.

En un mundo donde todo es digital y se vuelve un desafío conectar con las experiencias reales, Mía escribe en sus libretas, hace sus dibujos e imagina siempre conservando su mentalidad de nena. Propone ese encuentro presencial y una literatura infantil diferente: de nenes para nenes.

Mía se presentó en varios espacios educativos para contar su historia.Mía se presentó en varios espacios educativos para contar su historia.

“En la Feria del Libro de Buenos Aires decíamos eso: es la primera nena a la que se le da una sala para presentar el libro. Es paradójico, digo, es una industria que no conocía de adentro y me pareció raro que no haya habido una niña antes, que escriba para niños con esa simpleza. Hay algo que pasa entre ellos que nosotros como adultos no llegamos a entender, la simpleza sin adornar”, explica Florencia.

El caso de Mía tiene un valor doble, cuando se pone en contexto lo que ocurre a nivel mundial con las infancias. “Hay niños que no tienen ni la posibilidad de imaginar. Además de no tener voz, a veces ni siquiera pueden crear, y tener la libertad de escribir cuando quieran o lo que quieran», cierra la mujer.

Mía sigue escribiendo y ahora espera con ansias el lanzamiento de un libro de siete cuentos sobre objetos inanimados que cobran vida. Lo trabaja la Editorial Olivia y están en la etapa del diseño, algo que a Mía le interesa particularmente. Mientras, sigue leyendo y escribiendo cuando la imaginación se lo pide. Ahora está empezando a incursionar en el género de terror.