La nueva novela de A. M. Homes, que desnuda a los mega millonarios de EE.UU.

La nueva novela de A. M. Homes, que desnuda a los mega millonarios de EE.UU.


El Pez Gordo es el personaje principal de La revelación, la última novela de A. M. Homes (Washington D. C., 1961), una suerte de fábula política con tintes de thriller y drama íntimo familiar con la que la escritora regresó hace unos años a la ficción luego de 10 años de espera, conocida por títulos como En un país de madres –comedia “de malas costumbres” que narra la relación enfermiza de una psicoanalista con una joven paciente que es cineasta–, El fin de Alice –que supo desatar polémicas por su narrador pedófilo al que la crítica definió como “una cruza de Humbert Humbert con Hannibal Lecter”), Música para corazones incendiados –que empieza cuando una pareja aburrida y en crisis decide prender fuego su casa– y libros de cuentos como Cosas que debes saber, que a la tradición de John Cheever y Dorothy Parker relacionó a Homes con el gótico sureño y moderno de autoras como Flannery O’Connor y Carson McCullers.

Denominada “reina de las bad-girl heroine” y “la mejor retratista de la depravación contemporánea”, Amy Michael Homes, de 63 años, vuelve con dosis de su mejor medicina, una familia a punto de estallar dentro de una nueva versión: la de explorar un grupo de mega millonarios en sus mansiones, una especie de brazo armado del Partido Republicano que se cree con el derecho de controlar el país y así definir la cultura. Y que no tiene tiempo para perder en un país que se piensa el centro del mundo, insignia de la democracia occidental.

Sentido de incredulidad

En La revelación, la gran dama de los suburbios norteamericanos y de la familia encantadoramente disfuncional pone el foco en personajes de la vida cotidiana aunque ligeramente exagerados y caricaturescos, entrelazando hechos reales con imaginación absoluta, a lo Don DeLillo. Lo que hay, en principio, es un sentido de incredulidad.

Era imposible que Obama ganara para esos hombres que compran influencias y están dispuestos a hacer todo lo posible para no privarse de todo tipo de accesos en la sociedad civil, ahora aparentemente vedados por esta inesperada “anomalía” de gente negra y “socialista” en el poder. Esos hombres que son capaces hasta de incendiar el Capitolio y con auto licencias para matar con tal de mantener sus privilegios y piensan el país como si fuese una obra bajo un guion en marcha, especie de escritores, creativos o arquitectos que controlan las bases de sus edificios, preocupados a la vez porque sus hijos y las nuevas generaciones sigan ese legado.

La revelación, A. M. Homes (Anagrama). Foto generada con inteligencia artificial.

¿Qué es, en definitiva, un pez gordo? Tim Burton lo había tratado en su icónica película, El Gran Pez, donde también escarbó en la relación paterna y las fabulaciones familiares. “Soy rico y estoy orgulloso de serlo. La gente común y corriente debería estar encantada de verme y ponerse muy contenta cuando compro sus productos y como en sus restaurantes; es un signo de aprobación”, dice el Pez Gordo, casi una réplica de Donald Trump y sus amigos.

Para él y un grupo de individuos la nación está amenazada. Se organizan, entonces, en una misión suprema convocada por el Pez Gordo, complot sombrío con individuos que se presentan a sí mismos como patriotas “pilares de la industria, millonarios, industriales, magnates, emprendedores”.

Hombres exitosos y con hogares seguros y honrados que no pueden permitirse ser tibios, pues “hemos trabajado como perros, hemos creado imperios o lo que sea que viene después de los imperios”.

Con la nostalgia de un pasado a recuperar, recurren a estrategias como la desinformación, provocando el caos para “regresar a nuestros valores esenciales”, como dice otro del grupo. Seguridad nacional, patria, familia y orden, manual de la ultraderecha: piensan acciones como que la gente se quede en su casa y prohibir las reuniones de grupo, recuperando la “fe” y el llamado a las armas.

Mientras se prepara la selecta conspiración, la joven Megan, hija única de El Pez Gordo que se prepara para su ingreso universitario, comienza a hacerse preguntas sobre el mundo en que vive cuando asiste a su primer voto electoral. La atmósfera es excitante: Estados Unidos está muy centrado en Estados Unidos.

Pero las cosas pueden descontrolarse, y resulta que no todos son tan buenos como creen que son. En tanto Charlotte, su mujer, limitada por las circunstancias y a la sombra de su marido, da indicios de una estampida que hace que la familia implosione, especie de ente salvaje que parece capaz de destruirlo todo al estar agotada de las presiones y los mandatos.

. M. Homes regresa con "La revelación", una fábula política con tintes de thriller y drama íntimo familiar. Foto: Anagrama.. M. Homes regresa con «La revelación», una fábula política con tintes de thriller y drama íntimo familiar. Foto: Anagrama.

Homes maneja la ironía y una fluida construcción de los diálogos en un drama interior y de suspenso conspirativo, con ecos explícitos de la política norteamericana contemporánea y que tiene a la Casa Blanca como escenario –donde trabaja Tony, uno de los personajes, como asesor especial del presidente–. Hay hitos como que el 2 de septiembre de 1945, día en que Japón firmó la rendición y puso fin a la Segunda Guerra Mundial, “acaba la guerra y florece el sueño americano con mi nombre escrito en él”.

Gente casada con su trabajo, ultra disponibles trabajando con dos aparatos a la vez –“Tony es un hombre muy ocupado. No tiene tiempo para sentirse solo. Es lo que llamamos un soltero empedernido”, dice su madre sobre él–, gente que nunca deja de proyectar su propia vida con la de su país, en un montaje paralelo que se expande por el mundo con un halo de grandeza y superioridad.

Debajo de la alfombra

Y en los rincones, debajo de la alfombra, aparecen homosexuales encubiertos y gente negra entre los familiares: contradicciones y fisuras que no pueden evitar desmoronamientos en las pequeñas intimidades. Mujeres inteligentes y alcohólicas que se engalanan para cocktails y grandes eventos, mientras se postergan por el machismo a ras del suelo en la periferia de sus prohombres.

La democracia como montaña rusa: sube cincuenta metros y cae a ciento cincuenta kilómetros por hora. Un plan que parece grotesco y disparatado en un mundo muy competitivo, los discursos políticos que se estrujan a la vez que los mega millonarios lucen preocupados para que sus fondos estén gestionados en paraísos fiscales.

Hay muchas Américas, hay muchas burbujas dentro de Estados Unidos. Costumbres que no mueren como el pavo de Acción de Gracias, y una sucesión de escenas donde la narradora da versatilidad al relato, con destrezas descriptivas como cuando describe lo que significa, para las personas distinguidas, viajar con chofer en autos de alta gama.

La cultura del consumo y la exhibición, entre lo público y lo privado, es otro signo de la novela, en todo su esplendor.

Son varias revelaciones las que van aconteciendo: la del país en su presente y en su futuro inmediato, la de las batallas culturales y los relatos en pugna y la del Pez Gordo con su familia, como la transformación de su hija, divorciada del destino que imagina su padre. Megan, la hija escéptica, la que se da cuenta que en la Historia caben muchos tipos de historias.

En La revelación el adentro y el afuera se entrecruzan, se redefinen en un mundo en ebullición. Economía y ficción, política y realidad, el sentido de promesa y el sueño americano, la mente de los poderosos estadounidenses y el dominio de los secretos. Gente que se construye una personalidad de la que nunca se sabe si es tan real y exacta como las que diseñaron a sí mismas en sus fachadas, las que parecen a punto de explotar en una novela ácida e intrigante, una novela de estos tiempos.

La revelación, A. M. Homes (Anagrama).