«La poesía es una música atravesada por la filosofía o viceversa»

«La poesía es una música atravesada por la filosofía o viceversa»


“Este libro está dedicado a quienes confían en los claroscuros, las paradojas y las inconsistencias, acaso porque intuyen que la escritura es un ejercicio sin modelo, hecho de perdición y de fe, de renuncia y de promesa, de gravedad y anhelo de absoluto”, escribe la poeta y narradora María Negroni en el texto que abre Colección permanente, su último libro publicado por Random House.

Es un texto raro, descentrado e inclasificable que haría ruido dentro de la obra de casi cualquier autor pero que no desentona para nada en el derrotero literario de esta escritora. Ganadora de prestigiosas becas como la Guggenheim y la Fundación Octavio Paz en poesía, así como el Premio Internacional de Ensayo Siglo XXI, se ha caracterizado por publicar libros disímiles, de fronteras porosas.

“Siempre me desconcertó un poco escribir libros aparentemente tan “dispares” (¿cómo unir, por ejemplo, Elegía Joseph Cornell con Islandia o Archivo Dickinson con La Anunciación?). Hasta que un día pensé: si yo fuera un museo, además de las exposiciones temporales (que son los libros), habría también una colección permanente: un núcleo que daría coherencia al conjunto. Este libro es esa colección”, le cuenta a Clarín la autora de El corazón del daño (2021), novela notable que tuvo su adaptación teatral de la mano de Alejandro Tantanian.

Así le dio vida a su poética, una exquisita síntesis de su cosmovisión literaria que ahonda en sus intereses, sus fragilidades, sus lecturas y sus deseos mediante una prosa mutante: va de la entrevista ficcional al relato testimonial, del ensayo breve a la miscelánea. El libro cumple una doble función: un premio para sus seguidores más fieles y una puerta de entrada para quien desee curiosear en su mundo privado.

–En el libro hablás de un cánon de la heterodoxia y de que te interesan las escrituras poliédricas, los libros descentrados. ¿Te sentís parte de esto?

–Sí, siempre me gustaron los libros descentrados. Néstor Sánchez decía que detestaba los libros que se pueden contar por teléfono. Me pasa lo mismo. Lo entretenido me aburre profundamente. La verdadera escritura es un estado permanente de pregunta, un instrumento de conocimiento que se interesa por una memoria que está fuera del tiempo. Además es la respiración de una lengua, una forma del deslumbramiento y un antídoto contra cualquier clase de dogmatismo.

–Hay mucho de tu vida personal aquí. ¿Cómo lidiás con esto?

–El corazón del daño empieza con una cita de Fernando Pessoa: “La literatura es la prueba de que la vida no alcanza”. Puede ser, digo yo. Más probable es que la vida y la literatura sean ambas insuficientes. Como sea, la relación entre escritura y vida es muy difícil. ¿Cómo se concilian escritura y pulsión sexual, maternidad y ambición, talento y hogar? ¿Qué tienen que ver el amor con la biblioteca, la biblioteca con la incapacidad de vivir? Aún no he encontrado respuestas.

María Negroni en Madrid antes de asistir al estreno de El corazón del daño, la obra que protagoniza Marilú Marini. Archivo Clarín.

–También es interesante tu reflexión sobre la política.

–La literatura, en mi opinión, tiene una función política fundamental, pero esa función no tiene nada que ver con los “mensajes” ni con lo que imponen las agendas supuestamente progresistas del mercado. La política está en la manera en que opera el lenguaje en relación a sí mismo, en la conciencia que tiene de su propia insuficiencia para nombrar el mundo, en su vocación de abrir los significados (no de cerrarlos, como ansía siempre el poder).

–En relación a esto también afirmás que la literatura ha estado sometida demasiado tiempo a la ideología del referente, que la literatura no es instrumental. ¿Podrías ampliar esto?

–La escritura siempre promueve el matiz, la ambigüedad, la incertidumbre del sentido, el derecho a la duda, al error, incluso a la contradicción. Sabe como nadie que el deseo no es encuadrable. Adorno fue quien mejor lo explicó. El arte, dijo, no necesita afiliarse a nada. Le basta con preocuparse de su propio material donde habita, dicho sea de paso, la sociedad entera. El arte, en definitiva, no es de orden ideológico sino pulsional. Ninguna reglamentación le sirve. Ninguna militancia. Salvo, tal vez, la que busca restituir al mundo su condición de materia opaca, dejarlo a merced de su propia deficiencia.

–¿Qué te interpela de la poesía?

–La poesía es el más alto grado de conciencia del lenguaje. Allí el pensamiento y la emoción se unen para indagar los interrogantes más hondos y arcaicos de la condición humana. Y lo hace con economía de medios, apoyándose en el hueso de las cosas, creando un microcosmos donde todo es resonancia. La poesía es una música atravesada por la filosofía o viceversa y, como tal, hace del silencio su objetivo más elusivo y más buscado.

–Citás a Héctor A. Murena y hablás del arte de volverse anacrónico. ¿Todo se vuelve viejo muy rápido?

–Sí, existe una tendencia marcada a la novedad pero es un error gravísimo. Todo está atrás, en el Gilgamesh, en los griegos, en los grandes textos sagrados de todas las tradiciones. La obligación de lo actual es una desgracia y, sobre todo, una pérdida de tiempo.

María Negroni, autora del libro original que inspiró la obra El corazón del daño frente al Teatro Español de Madrid, donde se estrenó la obra en 2024. Archivo Clarín.María Negroni, autora del libro original que inspiró la obra El corazón del daño frente al Teatro Español de Madrid, donde se estrenó la obra en 2024. Archivo Clarín.

–¿Por qué agregaste entrevistas a escritores que admirás?

–No sé. Supongo que me divirtió la idea, imaginarme cómo podrían responder a algunas preguntas que me interesan. Y sobre todo, hacerles decir cosas irreverentes, como cuando Huidobro afirma que aborrece a Neruda o Macedonio que considera a sus contemporáneos una total nulidad. Las entrevistas son el momento de humor del libro, creo.

–Hay un apartado que es una suerte de cartas a un maestro a partir de una idea de Emily Dickinson. ¿Cómo fue trabajar con esto?

–Me inspiré en las cartas que Dickinson le escribió a un maestro del que se ignora todo. Las hipótesis dicen que podría tratarse de Emerson o bien de un pastor anglicano que conoció en Filadelfia o incluso de un crítico literario que más tarde la cortejaría. Pero en definitiva, no se sabe quién es ese “Dear Master”. Cuando las leí, me quedé fascinada. En una de ellas, le envía al maestro un poema y le pregunta, por ejemplo, ¡si lo que hace tiene algún valor literario!

–¿Cómo pensás hoy el feminismo en relación con la literatura?

–El tema es obviamente importante para mí, dado que soy una escritora mujer. Durante mucho tiempo, como cuento en El corazón del daño, busqué modelos entre las escritoras que me habían precedido. Las estudié. Me encontré con suicidas, viajeras, madres arrepentidas o irresponsables, amantes de hombres y de mujeres, expatriadas, todas ambiciosas, todas inteligentes y cultas, todas trastornadas, todas en desventaja. No saqué demasiado en limpio. Hoy pienso que el tema de la escritura femenina sólo importa si uno quiere evaluar su recepción (o más bien, falta de recepción) en la literatura a lo largo de la historia. Desde el punto de vista de la producción, me parece que la distinción no es relevante: tanto lo que escriben los hombres como lo que escribimos las mujeres surge de ese conglomerado de valores que la cultura ha atribuido siempre al principio de lo femenino: el cuerpo, la locura, el deseo, la noche y los sueños.

María Negroni básico

  • Es autora de numerosos libros, todos de difícil clasificación: los hay de ensayo misceláneo como Elegía Joseph Cornell, Objeto Satie, Pequeño mundo ilustrado, Ciudad gótica, Museo negro, El testigo lúcido, Galería fantástica, El arte del error y La noche tiene mil ojos.
  • También los hay de poesía como Archivo Dickinson (Premio Municipal 2022), Exilium, Arte y fuga, Cantar la nada, Oratorio, Islandia (Premio al Mejor Libro de Poesía en Traducción del año del PEN American Center por su versión en inglés) y La utilidad de las estrellas (Premio Internacional de Poesía Margarita Hierro 2023).
  • Y están también las novelas El sueño de Úrsula, La Anunciación y El corazón del daño.
La escritora María Negroni en el café del Teatro Español de Madrid en 2024. Archivo Clarín.La escritora María Negroni en el café del Teatro Español de Madrid en 2024. Archivo Clarín.
  • Su obra ha sido traducida al inglés, francés, italiano, sueco y portugués. Ha recibido la beca Guggenheim en poesía y el Premio Internacional de Ensayo Siglo XXI.

Colección permanente, de María Negroni (Random House).