A dos meses de la trágica muerte de su hermano, Lucía Niz (37) todavía no juntó coraje para ir al cementerio. Emilio Felipe Niz (47), papá de cuatro hijos, era chofer de ambulancias y en la mañana del domingo 27 de abril estaba yendo a trabajar cuando un desperfecto mecánico en su Ford Escort lo hizo detenerse en la autopista Buenos Aires-La Plata, mano a Capital Federal.
Fue a las 7.15, a la altura del kilómetro 24, en Ezpeleta, partido de Quilmes, donde el hombre paró en la banquina, con las balizas puestas. Las cámaras de seguridad registraron la secuencia que terminó con su vida: un Ford Fiesta Kinetic se desvió hacia donde estaba el Ford Escort -modelo 1998- y se lo llevó puesto. Felipe perdió la vida en el acto.
El Fiesta, que se prendió fuego tras el impacto, era conducido por Arián Ezequiel Ortiz, un rugbier del Círculo Universitario de Quilmes (CUQ) que había cumplido los 25 años dos días antes.
En el control de alcoholemia, que se le practicó dos horas y 15 minutos después de la tragedia, dio 0,79 gramos de alcohol en sangre, cuando en la Provincia de Buenos Aires rige la tolerancia cero.
Estuvo solo unas horas detenido, ya que se trata de un delito excarcelable.
La fiscal Claudia Vara, que subroga la UFI N° 22 de Quilmes, lo imputó por «homicidio culposo ocasionado por la conducción imprudente de un vehículo con motor«. Ya requirió la elevación a juicio del caso -un trámite abreviado- y el Juzgado de Garantías debe resolver, aunque la defensa del acusado hizo un planteo de oposición.
Según pudo saber Clarín, el rugbier designó como abogado a Gustavo Frasquet, el mismo que representó al ex secretario de Obras Públicas José López, tristemente célebre por arrojar bolsos con dinero en un convento de General Rodríguez, y también al ex ministro kirchnerista Aníbal Fernández.

¿Cuál fue la versión de Frasquet en el expediente? En una presentación con fecha del 12 de junio pasado, intentó instalar que «el accidente se produjo por una falla en la dirección por rotura en la cremallera de dirección, neumático y llanta derecha» del Fiesta «que provocó el desplazamiento del automotor hacia la derecha».
Sin embargo, el perito de parte Guillermo Luis Avendaño, propuesto por la defensa, resumió que «no se puede comprobar» si esta rotura se produjo antes del impacto ya que los daños por el incendio fueron totales, debido a que se desprendió la rampa de inyectores de combustible.
La pericia accidentológica, a cargo de Matías Ezequiel Muñoz, estableció que el Fiesta tuvo un desvío de trayectoria «paulatino y progresivo, sin presentar maniobras bruscas o repentinas que pudieran indicar una pérdida súbita de control o una falla mecánica previa en el sistema de dirección«, con una «velocidad constante» en la circulación.

Asimismo, puntualizó que no se advirtieron «deformaciones laterales ni signos típicos de rotura o falla en el sistema de dirección» del auto conducido por el rugbier.
La autopsia concluyó que Niz murió «por paro cardiorrespiratorio traumático causado por taponamiento cardíaco, secundario a hemopericardio, originado por ruptura de aorta traumática«.
Su hermana Lucía le contó a Clarín que lo que creen es que esa mañana Felipe «pinchó una rueda y se bajó a cambiarla«. Se detuvo en la banquina, fuera de los tres carriles de circulación.

«Estuvo como 15 minutos arreglando ese tema y cuando subió al auto para continuar el viaje a su trabajo, ahí lo chocó de atrás este inconsciente y mi hermano perdió la vida en el acto», aseguró.
La víctima trabajaba, junto a su hermano Carlos (46), en la empresa Movilmed. Vivía en Florencio Varela, desde donde salió más temprano para llevar a su novia a la casa, en Ingeniero Allan. Luego subió a la autopista, en Quilmes, para ir hasta Capital.

Uno de sus hobbies era tocar el bajo en la banda Sabor Cuartetero.
El día que ocurrió todo, como no fue a trabajar se preocuparon. Se enteraron por un portal de noticias, cuando su cuñado googleó «accidente autopista« y el resultado era la muerte de Felipe.
Quién es el imputado
Ortiz jugó, hasta dos días antes del hecho, en el CUQ, donde fue capitán en la categoría Pre B y también llegó a Pre A. Además, se desempeñó como entrenador de rugby infantil y juvenil. Es analista de datos y estudiante de Comercio Internacional.

La hermana menor de Felipe sostuvo que su papá -de 77 años- y el resto de la familia están «decepcionados de las leyes», porque «es como que fue sin querer que haya tomado alcohol y que haya matado, y lo máximo que le van a dar son tres años y puede quedar en libertad».
Para agravar la imputación, la ley dice que tiene que superar 1 gramo de alcohol en sangre.
«Si matás a alguien, no pasa nada, salís en libertad. Él a las pocas horas estuvo en su casa con su familia y nosotros tenemos que ir a llorar a mi hermano al cementerio, es muy injusto cómo son las leyes en la Argentina», completó Lucía.
