Lautaro Lucero (29) era un loco de la pelota. Se la pasaba jugando al fútbol en José C. Paz. El jueves 7 de agosto, pasadas las 20, salió caminando con dos de sus siete hermanos y la novia de uno de ellos rumbo a una canchita cuando dos motochorros los asaltaron en el barrio Alberdi.
Las víctimas salieron corriendo. «¡Tirale, tirale!«, le ordenó uno de los ladrones a otro. «Lauti» recibió un disparo en la cabeza, detrás de la oreja izquierda, y la bala quedó alojada en el cerebro.
«Cuando un amigo le decía que se quedara tranquilo, él movía las manos con los ojos cerrados, llenos de lágrimas«, le contó a Clarín una de sus hermanas sobre los instantes posteriores al hecho, cuando Lautaro estaba consciente pero apenas podía responder con gestos.
Uno de sus hermanos lo trasladó en su auto al Hospital Mercante. Allí les informaron que tenía muerte cerebral. Falleció el sábado 9, a la 0.20 de la madrugada.
En las últimas horas hubo novedades en la investigación a cargo del fiscal Ariel Wassouf, de la UFI N° 25 del Departamento Judicial de San Martín, ya que detuvieron al presunto tirador.
Se trata de Alan Ezequiel Guzmán (19), alias «El Rengo», fue capturado cuando quiso escapar por los techos de una casa en la calle Bucarest, entre Fray Butler y Centenario, a metros de las vías del tren San Martín.

Según los allegados a la víctima, la mujer que vive ahí era amiga de la familia cuando eran chicos.
Al sospechoso lo capturaron agentes de la Superintendencia de Seguridad Región Amba Norte II, de la Estación de Policía de José C. Paz y de la comisaría 2da.
En el caso ya habían detenido por encubrimiento a Manuel Orlando Miranda (36), luego cinco allanamientos en la villa Viena, donde secuestraron tres motos robadas (una BMW F800, una Honda Twister CB 300 y una CF 650 MT).

Mientras tanto, continúa prófugo el otro motochorro, apodado «Matute», también de 19 años, quien habría sido el que le ordenó disparar al «Rengo».
Quién era Lautaro Lucero, la víctima
En las redes sociales hubo numerosos mensajes de dolor por la muerte violenta del joven, que se ganaba el pan arreglando teléfonos celulares.
El club Deportivo Piñeyro, donde jugaba al fútbol, posteó: «Le arrebataron la vida, a una gran personita, Lauti Lucero. Gracias de parte de todo el club Piñeyro, por todo lo que diste para el club y por tu amistad y buen fútbol, siempre con una gran sonrisa y humildad. Gracias por compartir cancha juntos, esos campeonatos que jugamos para Chicago en el club Piñeyro. Eras un tanque de defensor, pura sangre Lucero. Te vamos a extrañar Lauti. Q.E.P.D. ídolo!!!«.
Joaquín (34), uno de sus hermanos, contó a Clarín que los motochorros «le quisieron robar el teléfono» a Lautaro y advirtió que en los barrios Alberdi y Frino «es tierra de nadie», el asfalto en las calles está lleno de baches y «no hay luces».
«Acá salís a comprar una mayonesa a las ocho de la noche y no sabés si volvés«, afirmó.
Lautaro estaba en pareja con una joven con la que compartía la pasión por River. No tenía hijos. Cinco minutos antes de ser baleado, le mandó un WhatsApp para decirle que se iría caminando a la canchita del Deportivo Piñeyro, ubicada a 15 cuadras. Apenas llegó a hacer menos de 100 metros.

«Hoy te despido sin querer soltarte, amor. Te despido con el corazón, el alma, en mil pedazos. No hay palabras para explicar lo que siento. Te doy las gracias por tantos años compartidos, por ser mi primer amor de los 14 años, por ser mi primer novio, mi primer marido, mi primer esposo«, escribió.
Y agregó: «Como te decía, te doy gracias por cumplir con todo lo que estaba bien, por ser la persona hermosa, compañera, chistosa, que eras por ser esa persona incondicional para mí, por tratarme siempre como tu princesa!».
«Siempre proyectando en su casa, en sus cosas, en el fútbol. Lo conocía mucha gente. Jugaba a la pelota con los veteranos, con los chicos, con todos. Era el primero para ir a la cancha», comentó Joaquín.
El jueves pasado, los familiares y allegados a la víctima marcharon para reclamar justicia. Este jueves volverán a movilizarse, pese a los últimos movimientos en la causa. «Queremos que agarren a Matute y no queremos que entren por una puerta y salgan por otra», advirtieron.