Mueren al menos 73 gazatíes por disparos israelíes en puntos de reparto de comida en medio de un creciente riesgo de hambruna | Internacional

Mueren al menos 73 gazatíes por disparos israelíes en puntos de reparto de comida en medio de un creciente riesgo de hambruna | Internacional


Los ataques del ejército israelí se mantienen en toda la franja de Gaza mientras sigue sin haber noticias de una posible tregua y la desnutrición consecuencia del bloqueo de Israel a la ayuda alcanza niveles nunca vistos. Al menos 130 personas han muerto en las últimas 24 horas, de las que 73 han perdido la vida este domingo cuando iban a recoger comida. El incidente más grave, con 67 fallecidos, ha tenido lugar cerca de Beit Lahia, en el extremo noroeste de la Franja, denuncian las autoridades del Ministerio de Sanidad del Gobierno de Hamás. El grupo islamista palestino califica los hechos de “matanza” por parte de soldados israelíes, que siguen empleando el hambre como arma para “matar civiles”.

El ejército israelí confirma que realizó “disparos de advertencia para eliminar una amenaza inmediata que representaba para las tropas” en esa zona de Beit Lahia (junto a la frontera con Israel) donde, añaden, había miles de personas, según explicaciones publicada en medios locales. Como cada vez que tiene lugar una matanza de este tipo, los portavoces castrenses han informado de que se ha abierto una investigación. Desde el lugar del ataque llegan imágenes de víctimas, muertos y heridos, siendo evacuados en carros tirados por burros, en coches o en bicicletas. Dentro y fuera de los hospitales, se han ido apilando decenas de cadáveres.

Horas antes, el ejército había anunciado nuevas órdenes de evacuación forzosa contra la población y que son ilegales, según el derecho internacional humanitario. Los militares han lanzado panfletos y publicado a través de redes sociales amenazas contra habitantes de algunas zonas de la localidad de Deir al Balah, en el centro de la Franja. El ejército afirma que prepara una operación terrestre sobre Deir al Balah, que sería la primera incursión en esta ciudad desde el inicio de la guerra.

El ejército de Israel “continúa operando con gran fuerza para destruir las capacidades del enemigo y la infraestructura terrorista en la zona, mientras expande sus actividades a una zona donde no han operado antes”, ha advertido el portavoz castrense en árabe, Avichay Adraee. Deir al Balah es la mayor población del enclave mediterráneo palestino en la que las tropas israelíes no han entrado a sangre y fuego en los 21 meses de guerra.

De forma paralela, Israel ha anunciado que suspende la renovación del visado a uno de los funcionarios más críticos de la ONU durante la contienda. “Cada día que pasa, Gaza se convierte en una escena del crimen cada vez más grande”, denunció a finales de mayo Jonathan Whittall, jefe de la Oficina de Asuntos Humanitarios (OCHA) para los Territorios Palestinos Ocupados. Ahora no podrá seguir trabajando sobre el terreno si el Gobierno del Estado judío no da marcha atrás. El anuncio lo ha hecho el ministro de Exteriores, Gideon Saar, que le acusa de “comportamiento sesgado” antiisraelí.

Uno de los aspectos sobre los que Whittall centra sus críticas es el bloqueo a la comida y la consecuente hambruna. Estos días, las imágenes de menores muertos o en estado crítico, con sus cuerpos cadavéricos por falta de alimentación en Gaza se han multiplicado. Son víctimas inocentes de la guerra con nombres y apellidos: Yahya Fadi al Najjar, un niño de tres meses; Sanaa Al Lahham, una niña de año y medio; Razan Abu Zaher, una niña de cuatro años; Jawad Al Anqar, un niño de un mes… todos han muerto en las últimas horas por falta de alimento o complicaciones derivadas de la malnutrición.

Hasta el momento, durante la actual guerra, hasta 76 niños y 10 adultos han muerto por desnutrición, según datos del Ministerio de Sanidad palestino, que califica el dato de “masacre silenciosa” en un comunicado de este domingo. La vida de hasta 600.000 niños menores de 10 años corre peligro debido a la desnutrición, incluyendo 60.000 bebés privados de fórmula infantil y, además, hay 60.000 mujeres embarazadas desnutridas, según esa misma institución. El Estado judío lleva meses empleado el hambre como arma de guerra y la Franja “está experimentando las peores etapas de la hambruna, alcanzando niveles catastróficos, en medio de un silencio internacional sin precedentes”, denuncia el ministerio. Las autoridades gazatíes exigen “la apertura inmediata de los pasos fronterizos para permitir la llegada de alimentos y medicamentos”.

Naciones Unidas asegura que dispone de comida almacenada para toda la población de Gaza durante un periodo superior a tres meses pero que el bloqueo israelí impide su llegada y reparto, según un comunicado de este viernes de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA, según sus siglas en inglés). “Abran las puertas. Levanten el bloqueo”, exigen. Esta agencia, vetada por el Estado judío, es el pilar fundamental en la asistencia de la población de la Franja tanto por experiencia como por número de empleados. Entre las víctimas calculan que hay más de un millón de niños.

La desnutrición entre los niños de Gaza ha aumentado en medio de una grave escasez de suministros nutricionales, alerta la UNRWA. Uno de cada diez niños examinados en sus centros de la Franja sufre desnutrición, un fenómeno, añade esa agencia de la ONU, que era poco frecuente en ese territorio antes de la guerra. “Ahora está diseñado y efectuado por el hombre”, lamentan.

Organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF) con una amplia experiencia en el terreno, denuncian también situaciones de extrema gravedad. Las clínicas de esta ONG en Al Mawasi (sur) y Ciudad de Gaza (norte) registran un récord de casos de desnutrición. “Es la primera vez que presenciamos esta magnitud de casos de desnutrición en Gaza”, denuncia Mohammed Abu Mughaisib, coordinador médico adjunto de MSF en el enclave palestino, según palabras recogidas en un comunicado el viernes. “Por la desnutrición en mujeres embarazadas, muchos bebés nacen prematuramente. Nuestra UCI neonatal está saturada, hay hasta cuatro o cinco bebés compartiendo incubadora. Es mi tercera vez en Gaza y nunca había visto algo así”, señala por su parte Joanne Perry, médica de esta organización.

Israel veta a la ONU y a las organizaciones humanitarias que llevan décadas sobre el terreno en la distribución de ayuda porque, afirma el Gobierno que encabeza el primer ministro Benjamín Netanyahu, la ayuda acaba en manos de Hamás. Por eso, desde finales de mayo el Estado judío, junto con Estados Unidos, ha impuesto un mecanismo de reparto gestionado con mercenarios extranjeros armados que denominan Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, según sus siglas en inglés). Los muertos durante los constantes tiroteos en los lugares de distribución son más de 870, según la ONU. Para las autoridades sanitarias locales la cifra supera los 900 y los heridos 6.000. El diario israelí Haaretz denunció que militares israelíes están recibiendo órdenes de disparar a civiles desarmados que van a por comida a puntos de la GHF.

El elevado número de víctimas “ha aumentado la presión sobre el debilitado sistema de salud”, señala el comunicado del Ministerio de Sanidad palestino. Los llamamientos para que se done sangre han resultado “ineficaces”, además del “agravamiento de los casos de desnutrición, anemia y fatiga severa, un peligroso indicador que presagia un futuro aún peor”, añade el texto. Los muertos en el enclave palestino durante la actual contienda ascienden a más de 58.800 personas, la mayoría mujeres y menores.