Oleksandr Usyk y Daniel Dubois vuelven a verse las caras y el ganador en el mítico Wembley será el campeón indiscutible de los pesados

Oleksandr Usyk y Daniel Dubois vuelven a verse las caras y el ganador en el mítico Wembley será el campeón indiscutible de los pesados

La categoría reina del boxeo tendrá este sábado un campeón indiscutible por segunda vez en la era de los cuatro organismos rectores. ¿Repetirá el logro Oleksandr Usyk, quien gozó efímeramente de ese reconocimiento el año pasado? ¿Dará la campanada y saboreará una dulce revancha Daniel Dubois? El ucraniano y el inglés chocarán por los cuatro títulos de peso pesado el sábado en Wembley y frente a más de 90.000 espectadores. El combate comenzará alrededor de las 17.45 y podrá verse a través de la plataforma DAZN, previo pago de 14,99 dólares.

Usyk, de 38 años, y Dubois, de 27, ya se enfrentaron el 26 de agosto de 2023 en Breslavia (Polonia) con los cinturones de la Asociación Mundial de Boxeo, la Federación Internacional de Boxeo y la Organización Mundial de Boxeo (que pertenecían al ucraniano) en disputa. Aquel día, el campeón dominó el pleito, envió al tapiz a su adversario en el octavo round y tenía una holgada ventaja en las tarjetas (en dos ganaba 79-72 y en la restante, 78-73) cuando en el noveno episodio derribó con un jab de derecha al inglés, quien, más agotado que conmovido, ni siquiera atinó a recuperar la vertical antes de que el árbitro Luis Pabón llegara con la cuenta hasta 10.

Sin embargo, aquel combate quedó marcado por una polémica, ya que en el quinto asalto Usyk cayó tras recibir un derechazo al cuerpo, pero Pabón evaluó que el golpe había impactado debajo de la línea de la cintura y le concedió cuatro minutos para recuperarse. Dubois y su equipo reclamaron entonces que la acción había sido lícita y todavía hoy lo sostienen. “Nuestra victoria duró cinco minutos. Daniel fue campeón unificado por ese periodo. Nos robaron”, disparó el entrenador de británico, Don Charles, esta semana en una entrevista publicada en la revista The Ring.

Muchísima agua ha corrido bajo el puente en los 23 meses que transcurrieron desde aquella controvertida noche polaca. En este tiempo, Usyk se convirtió en campeón absoluto de la división máxima y en el tercer hombre en lograr esa proeza en dos categorías, ya que antes lo había hecho en el peso crucero (los otros fueron el estadounidense Terence Crawford -superligero y wélter- y el japonés Naoya Inoue -gallo y supergallo-). Para reunir las cuatro fajas, batió al inglés Tyson Fury en Riad el 18 de mayo de 2024 en una ajustada decisión dividida, pese a que el ucraniano fue claramente superior y derribó a su rival en el noveno round.

El reinado indiscutido del zurdo nacido en Simferopol duró solo 38 días, ya que la FIB lo emplazó a realizar una defensa obligatoria justamente contra Dubois, pero Usyk optó por renunciar al reconocimiento de ese organismo y encarar la revancha con Fury, a la que se había comprometido al firmar el contrato del primer pleito. El pasado 21 de diciembre nuevamente en Riad, se impuso por puntos y en fallo unánime, y catapultó a su enésimo retiro al Rey Gitano.

Para Dubois, la derrota en Breslavia, su segunda como rentado (la primera había sido ante su compatriota Joe Joyce), funcionó, llamativamente, como el trampolín que permitió que su carrera diera un salto mayúsculo. Cuatro meses después de perder con Usyk, el peleador nacido en Greenwich, en el sur de Londres, noqueó al mastodonte estadounidense Jarrell Miller, hasta entonces invicto. Muchos consideraron que esa actuación en Riad había sido la mejor de su recorrido profesional.

La misma evaluación se hizo el 1 de junio, cuando derrotó por nocaut técnico en el octavo asalto al imbatido croata Filip Hrgovic en la capital saudí y capturó el título interino que la FIB había puesto en juego en ese pleito. Veinticinco días después de aquella victoria y tras la decisión de Usyk de renunciar al reconocimiento del organismo con sede en Nueva Jersey, adquirió el estatus de campeón regular.

Su primera defensa fue en septiembre pasado. Contra casi todos los pronósticos, Dynamite le recetó una paliza colosal a su compatriota Anthony Joshua, otrora amo y señor de los pesados: lo derribó cuatro veces en menos de 13 minutos de acción, hasta que el árbitro Marcus McDonnell puso fin a la tunda. Entonces nadie dudó: esa fue la mejor actuación de su carrera.

La segunda defensa estaba programada para el 22 de febrero ante el neozelandés Joseph Parker, como parte de la cartelera que tenía como atractivo principal la revancha entre los rusos Artur Beterbiev y Dmitry Bivol por el reinado de los mediopesados. Pero Dubois se reportó enfermo a solo 48 horas del pleito y renunció a combatir. Debido a esa cancelación, llegará a la pelea del sábado con una inactividad de 10 meses a cuestas.

El inglés no será favorito en el pleito del sábado, aunque contará con el respaldo de una multitud y con el aval de una pegada devastadora: logró 21 de sus 22 victorias antes del límite. Usyk, quien tiene una marca perfecta de 23 triunfos (14 por la vía rápida), conoce de sobra la rutina de ser visitante y terminar con el brazo en alto: de las 12 peleas mundialistas que realizó, siete fueron en el país de su adversario y ninguna en el suyo.

Con 350 combates como aficionado (entre ellos, los tres que le permitieron ganar la medalla de oro en la categoría hasta 91 kilos en los Juegos Olímpicos de Londres 2012) y 23 como profesional sobre el cuerpo, Usyk tiene clarísimo que el final de su notable carrera está muy cerca. De hecho, esta semana sintetizó en una cifra su futuro deportivo: “Dos (peleas más): esta y la siguiente”. ¿La última será la que completará la trilogía con Tyson Fury?