Paris Saint-Germain fue una máquina ante Inter Miami y va por el Mundial de Clubes pero sus hinchas sólo querían ganarle a Messi

Paris Saint-Germain fue una máquina ante Inter Miami y va por el Mundial de Clubes pero sus hinchas sólo querían ganarle a Messi

Al partido del morbo entre Lionel Messi y el Paris Saint-Germain le faltaba paridad y esa distancia abismal entre un equipo y el otro quedó demostrada demasiado temprano, haciendo imposible que Inter Miami le pudiera hacer cosquillas al campeón de la Liga de Campeones en este Mundial de Clubes.

Fue 4-0 al término del primer tiempo y pudieron ser mucho más pero Luis Enrique movió el banco, sus jugadores regularon su físico en este verano que promete más esfuerzo y a la paliza le faltaron un par de goles. Mucho tuvo que ver Oscar Ustari, de enorme torneo. Y Messi mereció un descuento ante su ex club pero Donnarumma le sacó un cabezazo que fue la llegada más clara.

Los que tuvieron revancha fueron los hinchas del PSG, esos que esperaban una derrota del 10 argentino que allá usó la camiseta número 30 y les dejó más decepción que orgullo. Mucho tuvo que ver el Mundial de Qatar en esa historia que terminó en desamor.

En Atlanta no estuvieron los «ultras» franceses, sólo fanáticos propios de la globalización y el marketing. Nada que ver con esa multitud ruidosa que llegó a gritarle «hijo de puta» a Leo con código barra brava. No se vio ni una sola bandera en el Mercedes Benz Stadium.

Los poquitos franceses que hablaron en los accesos sí dejaron claro que el PSG jugaba contra Messi. «Abuelito», le cantó uno, haciendo foco en la edad del argentino, que llegó a Paris con 34 años de edad recién cumplidos.

Todos coincidieron que es el mejor del mundo y que estaban muy ilusionados con que les diera la Champions que recién se logró este año. Con Mbappé no son tan duros «porque nació en París y lo intentó siete veces hasta que se fue a cumplir su sueño de jugar en Real Madrid», respondió uno. Sin reproches para los propios.

«Es un jugador extraordinario, lo respeto mucho. Nosotros tratamos de aceptarlo lo mejor posible pero el sentimiento es que no dio lo mejor posible en el campo de juego. Es la vida. Para mí fue un error traerlo, su club era Barcelona, no podía ir a otro. No fue la mejor pareja del mundo, hicieron bien en romper y nos sirvió a los dos», dijo un fanático del PSG que terminó afónico en medio del griterío por Messi en Atlanta.

Los franceses tienen motivos para estar enojados si se recuerdan las burlas de Enzo Fernández con tono racista y homofóbico dedicadas al plantel de Francia, que casi generan un escándalo diplomático. Eran días descontrol y festejo desmedido en que Dibu Martínez jugaba con un muñeco de Mbappé.

«A mí no me molestó la Copa del Mundo para Argentina, me puse muy feliz por Di María. Lo que no cayó bien fue el festejo, ¿por qué festejaron así contra los jugadores?», expresó otro hincha.

Y siguió: «¿Por qué las burlas contra Mbappé? En Francia es así, si ganás ya está. El racismo no está bien, es un tema muy sensible y me imagino que los jugadores estarán arrepentidos».

Luis Enrique y los futbolistas del PSG le tiraron buena onda a Messi en la previa, durante y después del partido, que se terminó con abrazos para la estrella del Inter Miami. El partido del morbo terminó en 4-0 pero al rencor de los hinchas franceses contra Leo le puede faltar alguna batalla más, quizás en el Mundial del año próximo.