Sarampión: Jarbas Barbosa: “Tener nueve muertes por sarampión en México es inaceptable”

Sarampión: Jarbas Barbosa: “Tener nueve muertes por sarampión en México es inaceptable”


México atraviesa el peor brote de sarampión en lo que va de siglo: nueve personas han muerto y hay más 2.500 casos confirmados en el territorio, que ascienden a más de 5.400 si se incorporan también los casos probables. La situación más crítica se vive en la frontera norte, en el Estado de Chihuahua, que acumula el 90% de los pacientes ratificados y ocho de los fallecidos. En las últimas semanas, no obstante, los contagios se han ido extendiendo y afectan ya a 18 de los 32 Estados de la República, una escalada que los expertos califican de emergencia nacional.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS), la filial de la OMS en el continente, ofreció desde el primer aviso epidemiológico la ayuda de la organización y está entrenando al personal de salud de la Secretaría. El organismo estima que, en el caso de Chihuahua, se requiere vacunar con una dosis adicional aproximadamente a un total de 1,8 millones de personas, la población menor de 40 años. De momento se han aplicado 287.000 dosis en los últimos seis meses, entre niños y adultos.

Jarbas Barbosa, director del organismo desde febrero de 2023, conversa con el periódico a través de una videollamada desde Washington, en la que desmenuza los principales desafíos del país y de la región para hacer frente al brote infeccioso. El médico brasileño valora el “gran esfuerzo de las autoridades de México”, especialmente de la presidenta y del secretario del ramo, David Kershenobich, con el que ha hablado por teléfono, y del que dice estar “muy comprometido”. Las esperanzas de todos ellos están puestas en lograr contener el brote antes de que se cumpla un año de su inicio, para que el Estado no pierda su estatus de país exento de la enfermedad.

Pregunta. En 2024 se certificó a las Américas como región libre de sarampión. ¿Por qué se produce un brote tan grande ahora?

Respuesta. En verdad decir que la región está libre de sarampión es un logro tremendo porque es la única región del mundo que tiene ese estatus. Todas las demás tienen mucha transmisión de sarampión. Eso también nos demuestra que para mantener ese estatus hay que combinar una buena cobertura de vacunación, vigilancia y capacidad de responder muy rápido cuando tenemos un caso, porque vamos a tenerlos importados todas las semanas, de viajeros y personas de negocios de Europa, Asia y África. Es un desafío muy importante, porque si llega un caso a una comunidad donde hay baja cobertura de vacunación, puede empezar un brote como el que tenemos ahora en México.

P. La mayoría de los casos de la región se han producido en Norteamérica. ¿Está el norte menos inmunizado que el sur?

R. No, no creo que sea el caso. Los riesgos en los países son muy semejantes. Seguro que países que tienen más conexiones internacionales, que reciben más turistas y tienen más negocios con otras regiones del mundo son los que en general reciben el mayor número de casos importados. Por eso hay un riesgo mayor si llegan a una comunidad sin la cobertura de vacunación adecuada.

P. ¿Por qué es tan grave esta enfermedad?

R. El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas que hay. Y, desafortunadamente, todavía hay una falsa percepción de que no es grave. En México tenemos más de 2.400 casos hasta el momento, pero ya tenemos nueve muertes, nueve personas que fallecieron por una enfermedad que se puede prevenir con vacunación. Para mí no es aceptable de ninguna manera. Hay que cambiar esa percepción: el sarampión es grave.

P. ¿La respuesta del Estado está siendo suficiente?

R. Desde el principio estamos trabajando con la Secretaría de Salud. Enviamos consultores internacionales para apoyar la respuesta de México y están promoviendo entrenamiento del personal de salud de la Secretaría y también de los Estados. O sea, hay un esfuerzo. El problema es que, después de que empieza una transmisión, toma tiempo hasta que se logra interrumpir. Es tan contagioso que el criterio para que un país pierda su estatus de libre de sarampión es que no logre interrumpir la transmisión en 12 meses. Todavía estamos en ese periodo.

P. Con el verano aumentará la movilidad. ¿Qué prevenciones deben tomar las autoridades? ¿Hay algún mecanismo de coordinación en la región?

R. Sí, compartimos con todos los países las informaciones epidemiológicas sobre cómo van los brotes, y lanzamos una alerta para llamar la atención sobre tres medidas que pueden prevenir completamente [los contagios]. Son difíciles de alcanzar, pero no son imposibles. Lo primero es tener una vacunación del 95% con las dos dosis de la vacuna de manera homogénea. Muchas veces la cobertura general es buena, pero hay una comunidad que por alguna razón cultural, religiosa u otras no tiene una buena aceptación de la vacuna. Es fundamental que la cobertura sea homogénea.

La segunda es identificar rápidamente cada caso importado que se reciba. Hay que coordinarse con los servicios de salud públicos y privados, porque los viajeros internacionales muchas veces van a los servicios privados.

Y tercero, tener listas las medidas de bloqueo o contención. Si se identifica un caso, inmediatamente hacer la búsqueda de contactos y vacunar a quien no lo esté.

P. En algunos Estados, como Guanajuato, hay casi 400 casos probables detectados pero solo dos confirmados. ¿A qué se puede deber esa diferencia?

R. Puede ser una señal de que se necesita mejorar el flujo, pero las medidas de contención se adoptan inmediatamente cuando hay un caso sospechoso, no se espera la confirmación, así que no es una barrera para tomar esas medidas.

P. ¿Cuál es el mayor desafío para el sistema de salud mexicano a la hora de enfrentar este brote?

R. Hay un problema porque el brote está en el Estado de Chihuahua (90% de los casos), en una comunidad menonita que tiene, por su manera de mirar el mundo y su concepto de vida, una reticencia hacia las vacunas. Hay que tener una actitud respetuosa y de diálogo con los líderes de la comunidad desde el primer momento para que, con el propio apoyo de los líderes, se pueda alcanzar la vacunación.

El otro desafío, en un país con más de 120 millones de habitantes y que tiene ciudades muy grandes, es que la vacunación sea elevada y homogénea. Mantener los servicios bien organizados y abiertos los fines de semana, utilizar las herramientas para identificar dónde hay niños no vacunados, hacer alianzas con el sector educativo… Hay que facilitar el acceso a las familias.

P. En Chihuahua, quienes se están contagiando ahora son jornaleros que trabajan en el campo, algunos en zonas aisladas y con una orografía que dificulta acceder a esas comunidades.

R. Los jornaleros son un grupo vulnerable porque se mueven mucho de un área a otra para la cosecha. Hay una recomendación para las municipalidades y Estados que reciben a esas personas de brindarles vacunación, porque pueden ser un grupo de riesgo. En general son adultos jóvenes que están exactamente en la brecha entre la generación donde todos tuvieron sarampión —porque es tan contagioso que los que tienen ahora 40 o 50 años, todos tuvieron sarampión cuando eran niños—, y la generación que ya está protegida por la vacuna. Nosotros apoyamos a los países para que vacunen en áreas remotas, como la Amazonía. Vamos en barco, en avioneta, a caballo, caminando, lo que sea, pero hay que llegar hasta donde están.

P. ¿Cómo se puede hacer pedagogía en las comunidades religiosas contrarias a la vacunación?

R. De manera respetuosa. Buscar qué dudas tienen y responder cada una de ellas, no tomarlas como si fueran un problema o algo que no es válido. Cada uno tiene derecho a su filosofía y sus creencias religiosas. Hay que escuchar, aclarar y mostrar los beneficios que tienen las vacunas para evitar muertes.

P. ¿Deberían los Estados plantearse la posibilidad de que la vacunación sea obligatoria?

R. Hay países que tienen vacunación obligatoria para los niños que van a la escuela. Nosotros no tenemos una recomendación. Cada país tiene sus leyes, pero lo más importante es garantizar la efectividad, porque si hay una ley que te obliga, pero el centro de salud no está abierto el fin de semana, cómo una mujer, que es el único adulto que tiene un ingreso en una familia pobre y que trabaja en la economía informal, va a poder ir 10 veces en el primer año de vida de su bebé para ponerle todas las vacunas que necesita. Creo que no es un tema de obligación, sino de escuchar y de movilizar a la comunidad y a los profesionales de salud.

P. ¿Cómo puede afectar a la región que Estados Unidos tenga un secretario de Salud que siembra la confusión sobre los efectos adversos de las vacunas?

R. No tenemos información sobre si eso tiene algún impacto en Estados Unidos o en otros países. Nuestra posición siempre es compartir las informaciones que están basadas en la mejor evidencia científica. Los programas en los países de la región están muy consolidados y lograron que las Américas fueran la primera región en eliminar la viruela, la polio, la primera también en ser certificada libre de sarampión. La desinformación es un problema, pero la mejor organización de los servicios es un problema más importante. Los datos que tenemos nos muestran ese desafío. La cobertura de vacunación de la primera dosis en general es muy alta. O sea, la desinformación no es una barrera, porque las personas van y la cobertura llega al 88%, 90%. La segunda dosis cae al 60%. Eso me dice que es mucho más necesario identificar dónde están los no vacunados y adoptar estrategias adecuadas, con la apertura de las unidades de salud en la noche, en el fin de semana, ir a los mercados, a las ferias…

[Aunque] se tiene que responder también a las fake news, y la mejor manera de combatirlas es con información e involucrando a los profesionales. Las encuestas que tenemos en América Latina y el Caribe nos dicen que los profesionales de la salud son la principal fuente de información para las familias.

P. ¿Qué diferencias y similitudes hay entre el brote de sarampión y el de tos ferina?

R. El sarampión es mucho más contagioso, y también tenemos una vacuna que es mucho más efectiva. La vacuna de la tos ferina no tiene la misma eficacia, por eso es una enfermedad que no se considera posible eliminar, pero sí bajar la incidencia.

P. ¿Hay alguna lección de la covid que sirva para afrontar el actual brote?

R. Para la covid utilizamos lecciones que habíamos aprendido en la lucha contra la polio y la viruela, que es cómo organizar bien las campañas de vacunación. Sin duda, de la pandemia, un tema importante es que las noticias falsas y la desinformación crecieron mucho. Es muy importante comunicar a las personas de una manera simple, que las familias puedan comprender e identificar el gran beneficio que traen las vacunas.