Un grupo de 700 intelectuales, entre pensadores, filósofos, Premios Nobel, activistas y políticos de todo el mundo, ha firmado dos cartas abiertas contra la proliferación de la propaganda rusa en Europa en general y en concreto en Italia. En las misivas piden, entre otras cosas, que se retire la invitación al director de orquesta ruso Valery Gergiev, simpatizante del Kremlin, para actuar la semana que viene en el Palacio Real Caserta. Y advierten de que el recital, que se está programado para el 27 de julio y que marcará el regreso a la escena cultural europea de Gergiev, cercano al régimen ruso y defensor de la invasión de Ucrania, “no es un acto neutral”. “Es un gesto político con el que se corre el riesgo de legitimar el régimen que el artista representa y la violencia que sigue desatando”, se lee en una de las cartas, dirigida a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y a Vincenzo De Luca, presidente de la región italiana de Campania, donde se encuentra Caserta.
La misiva conjunta llega después de que Yulia Naválnaya, opositora rusa y viuda de Alekséi Navalni, disidente muerto en extrañas circunstancias a los 46 años en una prisión del círculo polar ártico el año pasado, pidiera, a través del diario La Repubblica, la cancelación del concierto con un largo y exhaustivo artículo en el que relataba la trayectoria del director de orquesta y su complicidad con el Kremlin. “Su actuación en Italia sería un regalo para el dictador. Gergiev no es solo un amigo cercano de Vladímir Putin y partidario suyo: es también promotor de la política criminal de Putin, su cómplice y sostenedor”, explica Naválnaya. Y agrega: “Sí, el maestro es un excelente director de orquesta. Pero como sabemos por la historia, los grandes artistas pueden estar entre los malos y no dudan en cubrir con su reputación a regímenes crueles e inhumanos. Valery Gergiev es precisamente uno de ellos”. La opositora rusa, que tomó el testigo de su marido al frente de su Fundación contra la corrupción tras su muerte, trata de explicar al público italiano cómo es el Gergiev más desconocido, más allá del escenario. Y recuerda el apoyo que el artista ha prestado a Putin para su tercer mandato, prohibido por la constitución rusa, cómo ha participado en sus campañas electorales o su apoyo a la anexión de Crimea y la invasión de Ucrania por parte del Kremlin o cómo dirigió un concierto propagandístico en la ciudad siria de Palmira.
En poco menos de un día, la carta fue firmada por más de 700 intelectuales, entre los que se encuentran premios Nobel de la Paz, como la directora del Centro de Libertades Civiles de Kiev, Oleksandra Matviichuk; la Premio Nobel de Literatura Herta Müller; los escritores Jonathan Littell y Mikhail Shishkin; los directores de orquesta Michail Agrest y Nazar Kozhukhar; el director de ópera Eugene Lavrenchuk; los violinistas Misha Nodelman y Michel Gershwin; la Vicepresidenta del Parlamento Europeo, Pina Picierno; y los eurodiputados Lia Quartapelle, Benedetto Della Vedova y Federica Onori.
“No pedimos silenciar el arte, sino quitar visibilidad a una figura abiertamente connivente y cómplice con una línea política que Europa, en cambio, aborrece y contrasta”, se lee en la petición. Los firmantes denuncian el efecto propagandístico que podría estar detrás del concierto: “Gergiev se ha alineado sistemáticamente con el Kremlin. No es solo un artista: es un agente visible de la propaganda cultural de un régimen acusado internacionalmente de crímenes de guerra”. Y también recuerdan que, tras la invasión de Ucrania en 2022, importantes instituciones culturales de toda Europa y Norteamérica rompieron lazos con el artista: “Su retirada de la Filarmónica de Múnich, la Orquesta Filarmónica de Rotterdam y otros destacados escenarios no fue un acto de censura: fue una postura moral contra la propaganda de guerra disfrazada de prestigio cultural. Debido a la postura de Gergiev sobre el Sr. Putin y su política, Canadá adoptó recientemente sanciones personales contra él”.
Los intelectuales denuncian que el concierto de Caserta en cuestión estará subvencionado con fondos públicos. “Este regreso a un escenario prestigioso en el corazón de Europa, gracias al apoyo de las instituciones públicas, señala un cambio peligroso. Normaliza un arma eficaz en la guerra híbrida: la propaganda cultural. Como está ampliamente documentado, el régimen ruso hace un amplio uso interno de tales eventos para justificar su agresión contra Ucrania y su guerra contra los valores occidentales. Recibir a Gergiev mientras continúan los crímenes de guerra —mientras se bombardean ciudades ucranianas y se asesina y deporta a civiles— convierte a los teatros en plataformas para blanquear la brutalidad”. Y reclaman “una investigación transparente por parte de la Comisión Europea sobre el uso de fondos públicos, incluidos fondos de la UE, para actos culturales en los que participen Valery Gergiev u otros partidarios activos del régimen ruso”, además de la puesta en marcha de iniciativas por parte de la Comisión Europea destinadas a promover “una cultura de paz a través del arte, como respuesta al uso de la cultura como instrumento de propaganda por parte del régimen ruso”.
En las últimas semanas, el regreso a Italia de Gergiev, que fue expulsado de la producción de La dama de picas, de Chaikovski, en La Scala de Milán, tras negarse a condenar públicamente la invasión rusa de Ucrania, ha desatado una enorme polémica.
La filial italiana de la organización de derechos humanos Memorial, con sede en Moscú, que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2022, ha firmado también la primera misiva y ha entregado una segunda carta a los presidentes de la Cámara de los Diputados, Lorenzo Fontana, y del Senado, Ignazio La Russa. En el texto repasan las numerosas ocasiones en que la propaganda rusa ha encontrado espacio en Italia, como las proyecciones de documentales producidos por Russia Today, objeto de sanciones de la UE y otros casos, o la entrevista sin réplicas con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, emitida por Rete4 en 2022. Y piden la creación de un órgano especial de control parlamentario para contrarrestar la difusión de propaganda rusa en Italia, con el objetivo de “poner fin a un fenómeno que está poniendo en grave peligro los valores democráticos en Europa y en Italia”.
Otra petición para cancelar el concierto, lanzada en internet, a través de la plataforma Change.org, por la Asociación de Rusos Libres en Italia, ha recogido hasta el momento 17.000 firmas.
Vicenzo de Luca, el gobernador de Campania, ha evitado pronunciarse abiertamente por el momento y hace unos días confirmó la celebración del concierto sugiriendo que era un acto “de diálogo”. Mientras la polémica se enciende por momentos, el político se ha limitado a publicar un vídeo titulado Campania por la paz que muestra imágenes de iniciativas contra la guerra de Ucrania y Gaza que se han celebrado en la región. En algunas instantáneas aparecen artistas ucranios y rusos y palestinos e israelíes compartiendo escenario.