«Sin la ayuda de la gente no estaría vivo»

«Sin la ayuda de la gente no estaría vivo»

Matías Bottoni, el joven nadador rosarino que sufrió una grave lesión en la quinta vértebra cervical durante el Campeonato Nacional que se disputó en mayo en el Parque Olímpico porteño, no deja de trabajar en su rehabilitación en una clínica especializada de San Jerónimo Sud. Pero el fin de semana estuvo presente en espíritu en Echesortu. Es que en el natatorio de ese club rosarino que lo vio crecer como deportista, más de 300 personas -muchas se quedaron afuera porque no había más lugar en el recinto- participaron de un conmovedor homenaje en el que estuvieron su mamá Valeria Grimaux y su entrenador Gustavo D’Andrea.

«Sin la ayuda de la gente no estaría vivo. Es muy difícil pero él sigue adelante. Tenemos fe. Gracias», aseguró Grimaux emocionada por las muestras de cariño y las palabras de apoyo que recibió de todos.

Fue la primera vez que la mamá se paró frente a esa pileta en la que Bottoni se formó como nadador desde el accidente del 10 de mayo que cambió para siempre la vida de la familia.

Junto a ella estuvieron firmes Florencia, la mamá de Martina, la novia de Matías, y D’Andrea, que de a poco está retomando su trabajo como entrenador de Echesortu.

“No podía ir a ningún torneo”, le confesó al diario La Capital de Rosario. Y contó que sigue acompañando muy de cerca a su pupilo, a quien visita todas las semanas y con quien intercambia mensajes todos los días.

“Esto va a ser largo, pero soy una persona de fe. Y como Matías es un león que está acostumbrado al alto rendimiento, a levantarse temprano, a entrenar doble turno y dejar cosas de lado por el deporte, sé que está tomando esta recuperación como un entrenamiento”, comentó D’Andrea.

El homenaje había comenzado a gestarse hace 45 días y se organizó en un total secreto para que fuera una sorpresa para el nadador. «Nada de redes», les advirtió D’Andrea a sus otros pupilos que tuvieron también un gesto que emocionó a todos.

Es que cuando se tiraron a la pileta para competir -el evento se realizó en el marco de un torneo oficial rosarino- todos lucieron una gorra con la leyenda «#Todos por Mati» y varias grullas dibujadas. Desde el entorno de Bottoni contaron que su habitación en la clínica está adornada con 8 mil de esas figuras de papel, al estilo del origami japonés, que según el folclore de ese país están vinculadas a la esperanza y la lucha contra las enfermedades.

La misma gorra que usaron los chicos que nadaron en el Echesortu será puesta a la venta por la marca Deutsch en los próximos días. Pero ya llegó a manos de José Meolans, el ex campeón mundial y panamericano y leyenda de la natación argentina, que es el ídolo de Bottoni. El cordobés se sacó una foto con el accesorio para sumarse a los mensaje de apoyo y fuerza.

Bottoni, de 17 años, se accidentó durante la entrada en calor para una competencia. Mientras practicaba “largadas”, en una de ellas chocó con su cuello contra la espalda de otro nadador que se cruzó por su andarivel en una forma imprudente pero con tanta mala fortuna que el impacto le fracturó una zona de su columna y le provocó una lesión medular que comprometió su movilidad.

Con la incertidumbre de si podría recuperar el movimiento de sus piernas comenzó a transitar una larga recuperación. Y hace dos semanas dio un paso enorme en ese camino.

Porque a 76 días del accidente volvió a sumergirse en una pileta. Fue con el acompañamiento terapéutico del equipo del Centro Aprepa y como parte de un tratamiento de hidroterapia que sumó a los trabajos de rehabilitación. Fue un reto importante para Bottoni que, pese a los malos recuerdos se animó a regresar al agua, su lugar en el mundo.