La oportunidad les vino como anillo al dedo: poder estudiar una carrera en el tiempo libre después de sus obligaciones diarias en la Antártida. Y tanto Luisina Manucci como Melina Martínez no dudaron. Ambas son militares, con el rango de cabo principal. Luisina se desempeña en la Base Carlini, y Melina, en la Base Esperanza.
Las dos se han especializado en Telecomunicaciones, pero este año comenzaron a estudiar la licenciatura en Periodismo Deportivo a distancia en el Instituto Universitario River Plate (IURP). Ya tienen el primer cuatrimestre adentro y van por el segundo. La propuesta les llegó de la mano del Comando Conjunto Antártico.
Luisina tiene 32 años y es de Paraná. Tras la secundaria ingresó en la Escuela de Suboficiales de la Fuerza Aérea (ESFA) de Córdoba: “Ya de chiquita quería ser militar. Si bien no vengo de familia de militares, siempre nos llevaban a los desfiles. Mi papá había hecho la colimba y tenía amigos ahí. Elegí la especialidad de Telecomunicaciones. Volví a Paraná y estuve quince años en la II Brigada Aérea. Hice muchos cursos de antenista y me empecé a perfeccionar”.
Ya de chiquita quería ser militar. Si bien no vengo de familia de militares, siempre nos llevaban a los desfiles.
Luisina ManucciCabo principal
Del arco al periodismo
Pero Luisina siempre apuesta a más y se inscribió para una “campaña de invernada” en la Antártida Argentina. ¿De qué se trata? De las misiones que se llevan a cabo de manera ininterrumpida desde 1947 y sirven llevar abastecimientos a las bases antárticas, realizar tareas científicas y relevar al personal que pasó el invierno en el continente blanco.
“Hubo entrevistas, evaluaciones y logré ser seleccionada. Me interesaba la Antártida porque es un desafío profesional y personal, y porque es muy duro”, señala Luisina. Ya lleva nueve meses allá. Llegó el 22 de diciembre del 2024 y se estaría yendo en enero o febrero próximo. Vive en una casa con los dos meteorólogos, la cocinera y el encargado de los generadores. “Nos llevamos muy bien”, dice.
La actividad en la Base Carlini empieza a las siete de la mañana. “Desayunamos y después hay una reunión con todos los encargados de las áreas y el jefe de la base para planificar las tareas del día”, cuenta. Luisina tiene a su cargo el mantenimiento de los equipos de la comunicación.
¿Por qué periodismo deportivo y, encima, desde la Antártida? “La jornada termina a las 16:30 y cada uno puede aprovechar el tiempo libre como quiera. Cuando llegó la propuesta del Instituto Universitario River Plate, me llamó mucho la atención. Yo juego al fútbol desde chiquita. Soy mediocampista. Amo el deporte. Aunque no soy de River, me anoté”, dice.
Luisina promocionó las cuatro materias del primer semestre y ahora está transitando otras cuatro del segundo. “La carrera es de cuatro años en total y la verdad es que me gusta y me sirve. La idea es seguir en la Fuerza Aérea y ver de qué manera puedo agregar el periodismo en el futuro”, apunta.

Creo que la posibilidad que me dio la Marina no me la hubiese dado otro trabajo.
Melina MartínezCabo principal y submarinista
Antenas, submarinos y programa de radio
Melina Martínez, por su parte, tiene 33 años. Además de ser cabo principal, es submarinista. “Mi papá es militar, pero nunca me impulsó a seguir sus pasos. De hecho, él no quería que yo entrara a la Marina. Pero cuando fuimos a Punta Alta, donde está la Escuela de Suboficiales, me empezó a gustar y entré. Creo que la posibilidad que me dio la Marina no me la hubiese dado otro trabajo”, dice. Su carrera en la Armada tiene un hito de lujo: un viaje en la célebre Fragata Libertad: “Conocí más de trece países. Entre ellos, Brasil, México, Estados Unidos, Irlanda, Países Bajos, Alemania, Inglaterra, Suecia, Dinamarca y España. Y todo laburando”. También cumplió funciones en la Corbeta Guerrico y en el Submarino A.R.A Salta, entre otros destinos.
Hoy, en la Base Esperanza, Melina se encarga del mantenimiento de las antenas. Además, es la que maneja las relaciones institucionales y la que arma los videítos que pide el Comando Conjunto Antártico y el Estado Mayor Conjunto.
Una, aquí, extraña a la familia, el vivir allá, la rutina. El estudio funciona como un refugio.
Luisina ManucciCabo principal
Pero no sólo eso: también trabaja en la única emisora de radio que se encuentra en la Antártida: la LR 36 Arcángel San Gabriel. “Soy la operadora de esa radio y la que arma los programas. Y gracias a River y a la carrera que estamos estudiando, aprendí un montón. Le he preguntado a profesores y me han ayudado mucho en mi labor de todos los días. Con mis compañeras, que no son locutoras ni periodistas, tratamos de armar un programa lindo para que la gente conozca la Antártida. Salimos por streaming a través de www.radionacional.com.ar, todos los sábados de 12 a 13”.
Las emociones
La nostalgia juega en la experiencia antártica de las dos suboficiales. Cuenta Luisina: “Una, aquí, extraña a la familia, el vivir allá, la rutina. El estudio funciona como un refugio. Igual, todos los días hago videollamada con mamá, que está en Rosario. Acá hay mucho silencio y paz. Creo que cuando me vaya, voy a extrañar”.
Luisina dice que la Antártida sirve para madurar en lo personal: “Creo que te enseña a valorar lo simple. Trabajás mucho la paciencia, el adaptarte a lo inesperado, porque todo es nuevo y todo te llama la atención. Uno aprende a convivir con uno mismo y a conocerse. La invernada es difícil, pero está en cada uno cómo la quiere afrontar”.
Melina vive en una casa de la Base Esperanza con la meteoróloga y con la enfermera. “Me tocaron muy buenas compañeras. Igual, extraño mucho a mis padres y a mis perros salchichas, Zeus y Roma. También, comer un pancho o una fruta. Acá tenemos todo enlatado. La última vez que comí una manzana fue en febrero pasado”, dice con humor. Su regreso al continente será en diciembre. “Fui destinada a Mar del Plata al comando de la fuerza de submarinos. Y mi idea es seguir estudiando a distancia”, cuenta.
Ella, como Luisina, “siente” la quietud de la Antártida: “Yo pongo música porque tanto silencio puede ser malo. De hecho, cuando me tocó venir, pensé: ‘Tengo que ocupar mi tiempo porque me voy a volver loca‘. Siempre fui activa y tuve hormigas en el cuerpo. Por eso, empezar la carrera de periodismo a distancia en el Instituto River me vino muy bien”.
Estudiar, las videollamadas con su familia y el gran vínculo con sus compañeros de base, cimentado en mateadas y karaokes, la ayudaron a a pasarla bien. “La Antártida te hace doler el cuerpo completo. No por el aire, si no por la presión emocional. Pero, por suerte, acá, cuando uno se bajonea, otro te levanta el ánimo porque todos estamos en la misma”, dice Melina.