Alejandra Locomotora Oliveras lucha por su vida en el hospital Cullen de Santa Fe, donde se encuentra internada desde el lunes 14 tras sufrir un accidente cerebro vascular que según los médicos ya le provocó un «daño irreversible». Su hermano Jesús Oliveras contó cómo atraviesa estos días la ex boxeadora y cómo fueron los momentos previos al ACV.
Jesús habló con TN horas después de que se compartiera el último parte médico. «Tiene daño irreversible en el tronco cerebral, que es la parte donde están los signos vitales. Es una de las partes más importantes y está en un estado crítico», explicó, muy angustiado. «No puede estar sin respirador. De una isquemia pasó a un edema y de ahí a daños en el tronco cerebral», completó.
Tanto para él como para el resto de sus seres queridos, lo que le pasó a Alejandra fue un episodio totalmente inesperado, considerando que Locomotora supo ser una alteta de alto rendimiento durante una gran parte de su vida. «Uno lo puede esperar de un familiar que está en un proceso crónico de enfermedad, pero de una deportista tan sana como mi hermana no«, dijo su hermano en una entrevista con Luis Ventura.
Sobre las horas previas al ACV, Jesús recordó: «La ambulancia respondió rapidísimo. Estaba sin poder mover la mitad del cuerpo, y ahí la llevaron al hospital y quedó internada, con diagnóstico del ACV. De ahí nos llamaron a nosotros, primero estábamos totalmente negados pero después no nos quedó otra que asumir lo que estaba pasando».
Según el jefe de terapia, Néstor Carrizo, la paciente se mantuvo estable en las últimas 72 horas. «Estamos intentando preservar la parte del cerebro que no se vio afectada por el ACV», expresó este miércoles. En las últimas horas los médicos revelaron que la ex campeona del mundo tenía una patología vascular de base que no estaba debidamente controlada y que llegó a la guardia del hospital fuera de la ventana de tiempo que permite hacer una intervención de urgencia sobre la lesión cerebral.
«Alejandra permanece estable clínicamente, de los controles de presión y oxigenación, con el control neurológico permanente. Esto es muy fluctuante y se evalúan diferentes situaciones», contó el director del hospital, Bruno Moroni.
