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Para esta primavera-verano 2025/2026 la moda llega cargada de contrastes. El romanticismo del encaje convive con las tachas; el amarillo vibrante se combina con un rosa empolvado, y la estética boho encuentra nuevas formas de mezclarse con lo náutico.

Las grandes pasarelas del mundo, de París a Londres y de Milán a Copenhague, ya marcaron el rumbo, y todo indica que esta será una temporada de libertades y de mucho color. Se viene una temporada para divertirnos usando las piezas que más nos gustan.

Una de las grandes protagonistas es, sin dudas, la musculosa, una prenda básica que este año se revaloriza y se transforma en un verdadero must-have. Firmas como Stella McCartney, Rabanne y 16Arlington apostaron por esta silueta minimalista, pero le agregaron detalles de lujo, géneros inesperados y hasta apliques metálicos. En una temporada que reivindica el minimalismo, la musculosa deja de ser un comodín para convertirse en pieza clave. Se lleva con faldas, pantalones sastreros o incluso en formato vestido.

¿El detalle? Firmas como Loewe las elevan con logos bordados, mientras que en el desfile de BAFWeek, Bestia las presentó sobre camisas, logrando que se roben el protagonismo de cada look.

El escocés, tradicionalmente asociado al otoño, se reinterpreta en clave estival. Se aleja de lo preppy para volverse más rebelde y despreocupado, como vimos en las pasarelas de Miu Miu o DSquared2, donde las camisas a cuadros se usan abiertas sobre bikinis, o las faldas escocesas se combinan con tops y zapatillas. Una apuesta que recuerda al espíritu juvenil, con aires de los años noventa, muy en sintonía con el revival grunge que vuelve a ganar terreno el próximo año. Un estampado que la marca Bolivia usó en bolsos XXL que vimos sobre la pasarela de BAF.

Uno de los guiños más inesperados y virales de esta temporada llega de la mano de las sardinas. Sí, el estampado de latas de sardina se impone como un nuevo ícono gráfico del verano 26. Esta tendencia, que surge del fisherman-core, inundó las redes sociales y fue adoptada por marcas como Staud o Balmain, que lo incorporaron en remeras, camisas, pañuelos y bolsos con una impronta divertida, kitsch y 100 % veraniega.

Lejos de tomarse demasiado en serio, este motivo nos recuerda lo cotidiano y transforma una simple prenda en algo lleno de humor e identidad visual. El toque de ironía pop que no sabíamos que necesitábamos.

En sintonía con una moda cada vez más funcional, vuelve la campera rompeviento. Eso sí, no solo es aliada del deporte o de las escapadas de fin de semana, ahora se sube a la pasarela convirtiéndose en una nueva necesidad para usar durante los días más cálidos del año. Bottega Veneta, por ejemplo, la propuso en tonos vibrantes como el rojo y el azul eléctrico, con detalles técnicos que combinan diseño y protección. Prada, fiel a su espíritu utilitario, presentó una versión amarilla que recuerda a los abrigos de los pescadores, reforzando esa fusión entre lo marítimo y lo urbano que domina la temporada. Mientras que aquí Gusmán las sumó en tonos neutros y cuello alto convirtiéndolas en un básico imprescindible.

Otra prenda que se renueva con fuerza es la pollera plisada, que recupera su lugar como símbolo de movimiento y ligereza. Miu Miu, Loewe y Alexander McQueen presentaron versiones que van desde lo escolar a lo trendy, plisados asimétricos, texturas metálicas o largos midi. El plisado vuelve por su estética y por su versatilidad, ya que se adapta a looks bohemios, deportivos o incluso de noche.

En términos de textura, los flecos se imponen como uno de los detalles más vistos. No se trata solo de estilo western, sino de una nueva forma de entender el movimiento en la indumentaria. Proenza Schouler, Alberta Ferretti y Chloé utilizaron flecos largos en vestidos fluidos, camperas livianas y hasta en bolsos, aportando dramatismo y dinamismo a las prendas. Una textura que conecta con una estética que también se refleja en los tejidos artesanales y crochet. Y si vamos al mercado local, Jazmín Chebar los sumó a la sastrería de esta temporada, para aportar un tono más lúdico. ¿El resultado? Piezas que darán que hablar y se van a querer tener en el guardarropas.

La paleta cromática es otra de las grandes protagonistas. Predominan los colores cálidos y vibrantes, encabezados por el amarillo, el naranja, el rojo y el rosa. El butter yellow, suave y cremoso, fue una constante en las colecciones de Zimmermann y Toteme, aportando una nota de delicadeza a los diseños. En contraposición, el rojo tomate fue uno de los tonos más usados por Louis Vuitton y Bottega Veneta, ideal para aportar energía y fuerza. El rosa, por su parte, aparece tanto en su versión empolvada como en tonos fucsia, sumando romanticismo o audacia, según el caso. Mientras que el naranja funciona como un nexo entre todos estos matices, y se vio en trajes, vestidos y hasta accesorios. Estos colores y más se pueden encontrar en la nueva colección de Blue Sheep, la marca argentina que se destaca por sus combinaciones y creaciones atemporales. Porque el negro es un clásico, pero esta primavera-verano nos queremos divertir.

Uno de los cruces más interesantes de esta temporada es el que se da entre lo bohemio y lo náutico. Ambas estéticas se mezclan para dar lugar a una mujer libre, viajera, y un tanto melancólica. Vestidos blancos con bordados, rayas marineras, bolsos de red, pantalones anchos y tejidos de punto recuerdan el espíritu de los veranos eternos. Marcas como Chloé, Altuzarra y Etro supieron capturar este espíritu con colecciones que combinan libertad con un toque artesanal. A nivel local, también se vio en la última presentación de Portsaid, realizada dentro del marco del BAF.

El encaje, estrella de los diseños presentados por Atelier Pucheta Paz en Argentina Fashion Week, no se queda afuera. Aunque esta vez, se desmarca del imaginario exclusivamente romántico para explorar nuevas formas de sensualidad. Aparece en vestidos lenceros, tops con transparencias, polleras y detalles estratégicos que revelan sin mostrar todo. Alexander McQueen y Simone Rocha lo usaron con dramatismo; Stella McCartney, en cambio, optó por una versión más relajada. El encaje se transforma en un recurso ideal para crear un buen look con capas. La clave está en que tiene que dejarse ver. Puede ser una pollera de encaje combinada con una camisa oversize blanca y un suéter ligero; o un pantalón sastrero con un vestido corto lencero y una remera básica encima. Las superposiciones ganan terreno y son ideales para lograr ese efecto cool a la hora de vestir.

Por último, y no por eso menos importante, vuelven las tachas. Aparecen en camperas de cuero, cinturones, botas y hasta en prendas más delicadas como tops o minivestidos. Aunque no fue una tendencia dominante en todas las colecciones, marcas como Diesel y Balmain apostaron fuerte por estos apliques metálicos, marcando el regreso del punk y el Y2K más atrevido. Rapsodia las sumó a una pollera corta de cuero que protagoniza su última campaña. Las tachas aportan ese toque de rebeldía que equilibra los aires más románticos y femeninos que se vienen.

La primavera-verano 25/26 llega como una temporada de múltiples posibilidades, donde cada prenda cuenta una historia. Las tendencias invitan a jugar con texturas, colores y contrastes. La moda de esta temporada no quiere uniformar, pretende dar herramientas para expresar quiénes somos en cada momento del día. Ahora solo queda animarse y empezar a jugar con lo que se va a usar.

Producción: Sonia Lifchitz. Fotos: Esteban Leyba.