Los líderes cristianos de Jerusalén denuncian el silencio internacional tras visitar Gaza
“No estamos ni contra Israel ni contra los judíos, pero lo que vive Gaza no es moralmente aceptable”, ha lamentado este martes en Jerusalén el patriarca latino, Pierbattista Pizzaballa, tras su visita a Gaza junto al jefe de la iglesia ortodoxa, el patriarca Teófilo III, después de que un bombardeo israelí matara la semana pasada a tres personas en la única iglesia católica de la Franja. Al mismo tiempo, ha querido destacar que ese ataque ni los que sufre la comunidad cristiana de Taybeh (Cisjordania ocupada) deben ocultar la realidad: que es que “todo el pueblo palestino” es el que está siendo golpeado. Teófilo III ha lamentado el “silencio” de la comunidad internacional. El religioso italiano, por su parte, ha destacado algunas dificultades como la de encontrar alimentos en el mercado negro, donde un kilo de tomates puede alcanzar los 100 dólares (unos 85 euros).
Los máximos responsables de la iglesia cristiana han renovado su llamamiento para que la comunidad internacional ponga fin a la guerra, que ha dejado ya más de 59.000 muertos en el enclave palestino. A su vez, Pizzaballa, que reconoce no tener contacto directo con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, pide que, bajo su influencia de presidente de Estados Unidos, Donald Trump sea más “proactivo”.
Pese a la presión militar israelí han insistido en que no van a abandonar sus comunidades en Gaza, que van a seguir acogiendo a personas que busquen protección independientemente de su credo. “Es importante enfatizar y reiterar que nuestra misión no es para un grupo específico, sino para todos. Nuestros hospitales, albergues, escuelas, parroquias —San Porfirio, la Sagrada Familia, el Hospital Árabe Al-Ahli, Cáritas— son lugares de encuentro y convivencia para todos: cristianos, musulmanes, creyentes, incrédulos, refugiados, niños”, ha remarcado el cardenal italiano. Junto a Teófilo III, visitó Ciudad de Gaza el viernes, al día siguiente del ataque con un proyectil de tanque israelí sobre la iglesia de la Sagrada Familia.
Los patriarcas no han querido señalar directamente a las autoridades de Israel, que mantienen un estrecho bloqueo a la comida y otras necesidades básicas de la población gazatíes. Pero han sido claros al detallar lo que han presenciado: “hombres resistiendo al sol durante horas con la esperanza de una simple comida. Eso supone una humillación difícil de soportar cuando la ves con tus propios ojos. Es moralmente inaceptable e injustificable”, ha lamentado Pizzaballa. En este sentido, defienden el papel de todos los actores humanitarios sobre el terreno, locales e internacionales, cristianos o musulmanes, religiosos o no. Ese apoyo llega en un momento en el que Israel mantiene un cerco sobre diferentes agencias de naciones Unidas, principal pilar de la ayuda a los palestinos en la Franja.
“La dignidad del espíritu humano que se niega a extinguirse”, destaca el cardenal italiano para destacar la fortaleza de los palestinos tras más de 21 meses de guerra. En medio de esa devastación lo que más ha llamado la atención del cardenal italiano, cabeza de los católicos en Tierra Santa, ha sido la inocencia de los niños que siguen jugando y sobreviviendo con cierta normalidad en medio de un paisaje bélico, así como los menores mutilados que ha podido visitar en un hospital de Ciudad de Gaza.
“Hemos entrado en un lugar devastado, pero también de una humanidad maravillosa. Caminamos entre el polvo de las ruinas, pasando junto a edificios derruidos y tiendas de campaña por todas partes: en patios, callejones, calles y playas; tiendas que se han convertido en hogares para quienes lo han perdido todo. Nos encontramos entre familias que han perdido la cuenta de los días de exilio porque no ven un horizonte de retorno. Los niños hablaban y jugaban sin pestañear; ya estaban acostumbrados al ruido de los bombardeos”, ha señalado Pizzaballa.