un diagnóstico cambió su vida y quiere ayudar a otros a que no esperen el baldazo de agua fría para reaccionar

un diagnóstico cambió su vida y quiere ayudar a otros a que no esperen el baldazo de agua fría para reaccionar


“No tengo tiempo”. La respuesta que prácticamente todo ser humano sobre esta tierra ha dado alguna vez (o miles), era parte también del repertorio habitual de Fabiana Jafif (39). Trabajaba en la filial local de una de las corporaciones más importantes del mundo, había tenido a su primera hija, la vida encaminada… hasta que recibió, como dice ella, “un baldazo de agua fría”. Y esa frase se resignificó completamente.

Pasó una década desde el baldazo. Experta en marketing digital, Fabiana tuvo otra hija, empezó a escribir un exitoso blog, armó emprendimientos y se convirtió en mentora de otras emprendedoras y, resalta ella, cambió su percepción sobre el tiempo. Tanto, que acaba de publicar un libro con su experiencia.

“No te dejes para después. El arte de gestionar tu tiempo con conciencia para crear la vida que merecés” (Editorial Lea) repasa, sí, las técnicas de gestión del tiempo más populares y probadas, a las que muchos gurúes del bienestar y la productividad recurren a la hora de dar charlas o capacitaciones sobre uno de los temas más recurrentes de la actualidad: cómo hacer que las horas del día nos alcancen para hacer todo lo que queremos que hacer.

Pero no es sólo eso. Es la historia de una mujer que entendió que el tiempo no es infinito y cómo transita la vida con esa conciencia.

Porque el baldazo que recibió Fabiana a los 29 años y con una beba de ocho meses, fue su diagnóstico de esclerosis múltiple.

Antes de ese momento, ya había decidido dejar su trabajo en una multi tecnológica y estaba capitalizando todo su expertise en marketing digital emprendiendo de manera independiente. También tuvo que aprender a convivir con «la okupa», como le dice a la enfermedad.

Fabiana Jafif acaba de publicar un libro sobre la gestión del tiempo.

La esclerosis múltiple (EM) es una patología autoinmune y poco frecuente: en Argentina, se estima que hay unos 20.000 pacientes. Sus síntomas pueden ser variables y también las formas de manifestación. Lo que le pasa a uno (o mejor dicho una, porque la mayoría de las diagnosticadas son mujeres) no necesariamente le ocurrirá a otros.

Se la llama “la enfermedad de las mil caras” por su variedad de síntomas. Algunos son temblor en las manos, hormigueo, entumecimiento en distintas partes del cuerpo, dificultad en el habla, fatiga extrema, falta de coordinación, parálisis, pérdida de orina, fallas en el equilibrio y problemas en la vista.

Con esta última “cara” se le manifestó a Fabiana. Con una molestia en un ojo, fue a una guardia oftalmológica para descartar una conjuntivitis. Pero tenía una neuritis óptica, una de las primeras manifestaciones de la esclerosis múltiple (EM).

Para explicar qué es la EM, Fabiana compara con un cable eléctrico. Ese cable está recubierto por un “aislante” que es la mielina. Cuando el aislante se rompe, el cable queda “pelado”. En la esclerosis múltiple, es el propio cuerpo el que ataca al aislante, la mielina. “Te enlentece los impulsos nerviosos, o te los corta. Y quizás ya no podés hacer algo”, explica.

Para Fabiana, la esclerosis múltiple no la define sino que simplemente es algo más en su vida. Resalta que no quiere ponerse «ni en víctima ni en gurú», y habla de la EM siempre con un objetivo: desmitificar las ideas erróneas y contribuir a que se sepa más.

“Si buscas en Google, lo primero que verás son personas en sillas de ruedas o con alguna discapacidad aparente, y no todos los que convivimos con EM somos así”, escribe en su libro.

Jafif dice que encontrar el propósito es clave.Jafif dice que encontrar el propósito es clave.

A Clarín cuenta que no tiene ningún tipo de discapacidad, que está medicada y que vive su vida normal. Que tuvo varios brotes (los episodios en los que se manifiestan los síntomas) y va por su cuarta medicación, y que tener que cambiar de terapia “no es una buena noticia” porque hay una lesión nueva en el cerebro (y el fármaco ya no está funcionando) o un efecto adverso importante. “La medicación es como los anteojos: no bajás la graduación, siempre va para arriba”, explica, otra vez didáctica.

Dueños de nuestras decisiones

Después de que nació su Olivia, Fabiana empezó a escribir un blog, “De madre a madre”. “Buscaba hacer catarsis –dice sobre el objetivo inicial de poner en palabras el torbellino que era su vida de madre primeriza–. No tenía un objetivo de negocio. Pero vino un momento de crecimiento de las redes sociales y yo, que venía con mucha experiencia de ese rubro, lo aproveché. La comunidad se hizo super grande y empecé a cumplir ese rol de influencer”.

Recién contó a su comunidad que tenía EM tres años después. Tras el nacimiento de su segunda hija, Nina (hoy tiene 7 años y Olivia, 11), decidió no darle la teta para no arriesgarse a tener un brote en medio de un momento sensible como el puerperio. Pero un día, estaba comiendo en familia en un restaurante cuando se le acercó una mujer y la cuestionó porque le estaba dando mamadera.

Tiempo en familia. Fabiana con Nina y Olivia, sus hijas.Tiempo en familia. Fabiana con Nina y Olivia, sus hijas.

“Tenés siempre dos caminos: o quedarte en el rol de víctima o ponerte en protagonista de tu propia historia. No somos lo que nos toca, sino lo que elegimos hacer con eso”, afirma una idea que aplica para todo.

Fabiana nunca paró. Estudió programación neurolingüística, creó el evento Mujer, Madre y Emprendedora, ha dado charlas motivacionales y de emprendedorismo en numerosos eventos, en pandemia comenzó con la empresa de pastrón premium envasado al vacío Pastrón & Co («Me encanta comer», dice) y, fundamentalmente, se convirtió en mentora: acompaña a madres que emprenden para que puedan crecer con sus proyectos sin postergarse.

“¿Somos lo que somos o lo que nos hicieron creer? Las mujeres tenemos muchos mandatos y creencias limitantes. Sentir culpa porque no podemos darnos permiso como madres para hacer algo para nosotras, el síndrome del impostor, el miedo a decir que no”, enumera temas que aparecen con frecuencia en sus mentorías. Y, ligado a ellos, el del del tiempo.

“Todo esto hace que no prioricemos lo importante para nosotras. Es clave preguntarse qué es lo que uno quiere hacer y preguntarse para qué. Si encontrás el propósito, llegar al cómo es más fácil”, expone.

Entre las herramientas que comparte –y de las que escribe en el libro también– una clave es la agenda. “Si está en tu agenda, está en tu vida”, remarca uno de sus consejos. Propone el concepto de productividad conciente, “no desde el hacer más sino desde el hacerlo mejor”, y alguna de las técnicas que sugiere para organizar el tiempo son la matriz de Eisenhower –que organiza las tareas según las categorías de urgente, importante – y la pomodoro –organizar las tareas en períodos de 25 minutos con descansos de cinco.

Jafif empezó con el blog "De madre a madre" cuando tuvo a su primera hija.Jafif empezó con el blog «De madre a madre» cuando tuvo a su primera hija.

Pero la que más le funcionó a ella es la “hora sagrada”. “Es un bloque de mi día para mí, no para los demás. Ir a mi clase de gimnasia, despertarme antes y tomarme un café conmigo, salir con mi marido solos”, enumera, e invita a los demás a implementarlo. Propone dividir la vida en tres categorías: lo laboral, los vínculos y lo personal. Y dedicarle ese espacio sagrado a algo que sea para nosotros. “En lo laboral, puede ser una capacitación o un curso para vos. O en las relaciones, llamar a esa tía abuela que siempre decís que la vas a llamar y no tenés tiempo”, ejemplifica.

Para Fabiana, el diagnóstico fue “el despertador para decirme que no somos eternos. Y que lo que hoy no estás haciendo, capaz mañana no lo vas a poder hacer”. Escribió el libro, asegura, para que los otros “no tengan que esperar a que les pase algo para despertarse”.

Lo fundamental, enfatiza, son las decisiones. “¿Por qué culpar al viento si fui yo la que dejé abierta la ventana?”, cierra para seguir invitando a la reflexión.