Las vacunas de ARN mensajero han provocado una revolución sanitaria en los últimos años, han posibilitado que la pandemia de Covid no fuera más letal de lo que fue y hace pocas horas se supo también que estos fármacos podrían ser eficaces para prolongar la sobrevida en algunos casos de cáncer. Toda esa luz es emanada por una tecnología nueva que, a la vez, no está exenta de un cono de sombras.
El principal fabricante de este medicamento, el laboratorio Pfizer, había difundido hace algunas semanas, como adelantó Clarín, resultados de múltiples estudios por el efecto adverso más reiterado que presentó la vacuna, aun así marginal: la miocarditis. Ahora se conoció un fallo judicial sobre una supuesta consecuencia menos conocida del fármaco, al probarse un “nexo causal” entre el inmunizante y el desarrollo de mielitis transversa, que produce daño neurológico.
En este caso el fallo favoreció a una mujer de 52 años, dueña de una tabaquería, que hoy no puede caminar y consideró que tiene derecho a una indemnización. El hecho tiene lugar en Italia, donde un tribunal de primera instancia reconoció este “nexo causal” entre la vacuna contra el Covid y el daño neurológico sufrido.
El fallo del Tribunal de Asti, en la región del Piamonte, no registra antecedentes y recayó sobre el Ministerio de Salud italiano, que en un primer momento había rechazado la solicitud de indemnización en sede administrativa. Ahora, el Ministerio fue condenado a reconocer el vínculo entre la vacunación y el daño, con el correspondiente pago de un resarcimiento.
El tribunal había designado a dos peritos independientes -según datos aportados por la agencia Ansa-, que confirmaron la relación entre ambos hechos. La compensación no constituye un monto único, de una sola vez, sino una pensión vitalicia mensual, que fue fijada en 3.000 euros.
Según se informó, la mujer desarrolló mielitis transversa tras recibir la vacuna Comirnaty. Se trata de la enfermedad que en plena pandemia había sido detectada durante el ensayo de fase 3 de la vacuna de Astrazeneca. Es un trastorno neurológico raro caracterizado por la inflamación de uno o ambos lados de la médula espinal y que a menudo daña la capa de mielina que cubre las fibras nerviosas. Sus síntomas más habituales son la debilidad en brazos y piernas, síntomas sensoriales -hormigueo, entumecimiento, dolor o sensación de pérdida del dolor-, o problemas funcionales de la vejiga o el intestino.
La mujer favorecida por la Justicia -según se desprende del fallo- comenzó a manifestar los primeros síntomas después de haber recibido dos dosis del fármaco, en abril de 2021. El 10 de febrero de 2022 fue hospitalizada en el hospital de Orbassano, en Turín, por una “sospecha de mielitis de origen inflamatorio”.
En el informe de alta, fechado el 17 de febrero, el médico escribió: «No puede descartarse un posible rol desencadenante de la vacuna”. A partir de ese documento, la mujer solicitó la indemnización al Estado, lo que dio lugar a un proceso contra el Ministerio de Salud y la Agencia Italiana del Fármaco (AIFA).
“El tribunal se basó en las conclusiones de los peritos, profesionales imparciales, que determinaron un nexo causal muy fuerte entre la vacunación y el grave daño sufrido”, explicó uno de los abogados de la demandante, Stefano Bertone. Su colega Chiara Ghibaudo añadió: “Los daños físicos permanentes son realmente severos; basta considerar que la señora ya no puede caminar por sí sola. La compensación que otorgará el Estado le permitirá cubrir al menos una parte de su sufrimiento”.
El tribunal consideró que la corta distancia temporal entre la vacunación y la aparición de los síntomas fue un elemento determinante en la decisión. La sentencia, fechada el 26 de septiembre pero difundida días después, también cita datos de la AIFA, que registró 593 casos de mielitis transversa posteriores a la vacunación hasta 2022, de los cuales 280 vinculados a vacunas de ARN mensajero.
«Se han identificado casos aislados en los que tanto las vacunas con virus inactivado como las de base ARNm provocaron síndromes agudos de desmielinización de la médula espinal, como la esclerosis múltiple o la neuromielitis óptica”, señaló Bertone.
El abogado recordó además que, según un comunicado de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), el comité evaluó la información disponible a nivel mundial y, “a la luz de la literatura científica, concluyó que la relación causal entre las vacunas y la mielitis transversa es al menos razonablemente posible”.










