Un Marc Márquez voraz conquista por fin el GP de Austria y consolida una brecha insalvable en la general | Motociclismo | Deportes

Un Marc Márquez voraz conquista por fin el GP de Austria y consolida una brecha insalvable en la general | Motociclismo | Deportes


Marc Márquez continúa imparable y ni las vacaciones han podido enfriar su portentosa racha en MotoGP. El piloto de Ducati firmó un doblete demoledor por sexto fin de semana de competición consecutivo y dio otro paso de gigante hacia su noveno título mundialista. El ganador vio, además, cómo sus principales perseguidores se hundían en una carrera poco lustrosa, la número 1.000 en la historia de la categoría reina. En el podio le acompañaron el novato Fermín Aldeguer, segundo tras remontar desde la octava plaza con su Desmosedici satélite del equipo Gresini, y el poleman Marco Bezzecchi con la Aprilia que todavía no puede exprimir el campeón Jorge Martín.

El líder, que emerge con 142 puntos de ventaja sobre su hermano Álex Márquez, supo modular una vez más su ambición para asestar el golpe de gracia en el segundo tramo de la prueba, cuando las gomas desgastadas reducen la eficacia de los denostados dispositivos aerodinámicos y electrónicos, muy criticados tras la última actualización del control de estabilidad estrenada en el trazado austriaco.

El italiano Bezzecchi fue el único que presentó batalla al tótem del certamen, y no se arrugó cuando este quiso lanzarle su primer ataque en la décima vuelta. El octocampeón de Cervera tuvo que esperar otros diez giros para lanzar su ofensiva definitiva, después de un primer hachazo en la curva más lenta del circuito que obtuvo la respuesta del pupilo de Valentino Rossi.

A ocho vueltas del final, Márquez superó en la primera curva, de una vez por todas, al rival más correoso de todo el curso. Y parecía tenerlo todo bajo control hasta que Aldeguer emergió de la nada. El talento murciano, que recibe los consejos de los hermanos de Cervera cada gran premio, tiró como un poseso en su remontada y llegó a situarse a menos de un segundo del ganador a falta de un par de giros. Marc, el gallo más listo del corral, tenía un último cartucho para subir otra vez el ritmo, estabilizar su ventaja y evitar otra derrota en la vuelta definitiva como ya le ocurrió tres veces con Lorenzo y Dovizioso en el pasado en este mismo trazado. Entonces, eran sus rivales quienes pilotaban una Ducati.

Roto el maleficio, el 93 celebró a lo grande en el Red Bull Ring, el trazado propiedad de uno de los patrocinadores a los que tuvo que renunciar por subir al equipo oficial de Ducati y que decidió, por respeto, no sustituir pese al perjuicio económico. Además de llevarse la carrera milenaria de MotoGP, el catalán firmó la décima victoria ducatista en el que ya es, oficialmente, el circuito más prolífico de la fábrica italiana. “Ahora soy yo quien llevo la moto roja, así que no había excusas”, comentó risueño el ganador, que a sus 32 años vuelve a encadenar seis victorias en domingo, una racha inédita desde que él mismo, con 21, logró arrancar el curso de 2014 con 10 triunfos.

En su lucha aparte, su hermano Álex Márquez y Pecco Bagnaia tuvieron ambos un domingo nefasto, aunque por motivos opuestos. El primero salió mal y tuvo que cumplir con una sanción de vuelta larga que arrastraba desde el GP de la República Checa, cuando embistió y tiró a Joan Mir (Honda) en un exceso de confianza. De rodar a escasos segundos del líder, en la cuarta vuelta cayó de golpe a la decimotercera plaza e inició una operación remontada frustrada. Solo pudo ser décimo, pero aun así salió ganando en el duelo con un Bagnaia que comenzó animado y luego cayó a plomo pese a contar con la misma máquina que el vencedor de la prueba.

El tricampeón italiano, que partía tercero y llegó a ser segundo tras tutear a su compañero, se desfondó y cometió varios errores hasta cruzar la meta en octava plaza. Álex llegó a Spielberg con 48 puntos de ventaja y emerge con 55 gracias a su segunda posición en la sprint del sábado. Su principal victoria a estas alturas es, en todo caso, psicológica. “Que yo llegue a 12 segundos del ganador en un circuito en el que siempre marqué la diferencia es algo que no entiendo, y que nunca entenderé”, lamentó el turinés, con la moral hundida.

El campeón del mundo reinante, Jorge Martín, tuvo un mal fin de semana que terminó con otra caída y algunos dolores, aunque tras pasar por el centro médico la cosa quedó en nada. Incapaz de rodar en los ritmos de cabeza, como sí puede su compañero Bezzecchi, en plena forma, el madrileño dejó patente que le quedan todavía muchas horas de rodaje después de un 2025 marcado por tres graves lesiones. En Aprilia, de hecho, han contado el vacío insalvable para su número uno: Bez acumula 400 tandas en pista; él solo cuenta con 80.

Marc Márquez, que pone tierra de por medio con el resto de la parrilla cada vez que se sube a la moto, flirtea incluso con coronarse antes de la gira asiática. Sería uno de los desenlaces potencialmente más precoces en 76 años de competición. Su gran reto ahora, y lo dice abiertamente, es recordar que perder también es una opción válida. “Con la inercia que llevo, será difícil entender y aceptar que habrá alguna carrera en la que no podré salir ganador, y estoy trabajando mucho mentalmente en este aspecto”, reconoció. Nadie en el paddock, sin embargo, se atreve a apostar cuándo llegará ese día.

Marc Márquez celebra su victoria con sus compañeros de equipo, este domingo.