Al menos cinco personas han muerto y ocho han resultado heridas, algunas de gravedad, en un tiroteo ocurrido este domingo por la mañana en una iglesia mormona de Grand Blanc, a las afueras de la localidad de Flint, en el Estado de Míchigan (Estados Unidos). En el templo se declaró un incendio, que, según las autoridades, inició al pistolero, que llegó al lugar armado con un rifle de asalto y murió a manos de la policía. Los cuerpos de dos de las víctimas mortales fueron hallados bajo los escombros del edificio tras apagarse el fuego. Según Mass Shooting Tracker, que documenta la violencia armada, en EE UU se han producido al menos 377 tiroteos masivos —aquellos con al menos cuatro víctimas— en lo que va de año.
Según los investigadores, el atacante estrelló su vehículo contra la iglesia y luego abrió fuego. Este lunes a las 12:30 (hora local, seis horas más en la España peninsular), las autoridades comparecieron ante la prensa con la gobernadora de Míchigan, la demócrata Gretchen Whitmer a la cabeza, para desvelar que el FBI está investigando el caso como un “ataque dirigido”, aunque no quisieron especificar si el objetivo era una persona en concreto, la congregación en cuestión o, como se ha señalado en las últimas horas, la fe mormona.
El jefe de la policía de Grand Blanc también contó que el sospechoso, un marine de 40 años llamado Thomas Sanford, con un historia de servicio en Irak y Japón, casado y padre de un hijo, tenía antecedentes: sendos arrestos por robo con allanamiento y por conducir bajo los efectos del alcohol. El FBI ha entrevistado a un centenar de personas para tratar de determinar los motivos de Sanford, que vivía en la vecina ciudad de Burton.
Tras conocerse la noticia del tiroteo, se publicaron varios vídeos en redes sociales en los que se aprecia una densa nube de humo saliendo de la iglesia. La zona fue cerrada al tráfico hasta que los bomberos lograron apagar las llamas, que tardaron varias horas en ser extinguidas.
El presidente de EE UU, Donald Trump, fue informado del suceso. La fiscal general, Pam Bondi, anunció que agentes del FBI se han desplazado al lugar. “Tal violencia en un lugar de culto es desgarradora y escalofriante. Por favor, únanse a mí en la oración por las víctimas de esta terrible tragedia”, pidió Bondi. El director del FBI, Kash Patel, confirmó que ha puesto la agencia a disposición de las autoridades locales y definió el suceso como un acto “cobarde y criminal”.
La gobernadora de Míchigan, la demócrata Gretchen Whitmer, ha dicho en un comunicado que su corazón está destrozado por lo sucedido en la comunidad de Grand Blanc. “La violencia en cualquier lugar, especialmente en un lugar de culto, es inaceptable”, ha afirmado.
El tiroteo coincide con el duelo de la congregación por la muerte de Russell M. Nelson, el longevo responsable de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, a los 101 años. La noticia del deceso se conoció este mismo domingo.
Grand Blanc, con 7.700 habitantes, se halla en el área de influencia de Flint, una depauperada población con mayoría de población afroamericana que en 2014 fue escenario de una grave crisis de salud pública por la contaminación por plomo de las tuberías que canalizaban el agua potable.
La localidad ha aparecido también en varios documentales del cineasta Michael Moore, como Bowling for Columbine, que trata precisamente de la cultura de las armas y el impacto de la violencia armada a través de ese tiroteo masivo, uno de los más mortíferos de la historia del país; Fahrenheit 9/11 y en particular Roger&Me, en el que refleja el declive de la industria automovilística de esta región de Estados Unidos. El propio Moore es originario de Flint.