El viaje iba a ser a Israel, pero fue suspendido por los bombardeos. Varados en los Emiratos Árabes durante cinco días, aprovecharon el tiempo para retratarse como turistas en una de las ciudades más caras del mundo. «Mientras las personas con discapacidad siguen esperando lo que por ley y dignidad les corresponde, ellos están de festejo, riéndose, como si nada», criticaron las organizaciones del colectivo.